Espero que tantos días de celebración hayan servido para algo más que estar de fiesta y éste sea el impulso que necesitamos para enfrentar los retos de una agenda compleja. Francisco Manrique, en sus últimos blogs, ha escrito una serie de artículos sobre tres macrotendencias del mundo: El cambio climático, la globalización y los avances tecnológicos; con la intención de mostrar, a los lectores en el país, que hay otras agendas mundiales muy críticas y de alto impacto para todos, que trascienden el proceso de paz que ha consumido nuestra atención por tantos años y que ‘irresponsablemente no nos estamos preparando para el mundo actual y lo que se nos vino encima’ ciudadanoglobalfm.blogspot.com.co/. Esta frase es para mí una provocación para enfocar mi columna en uno de los eventos que ocupará la agenda internacional en los próximos días, la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos-Suiza, la próxima semana. Su fundador, Klaus Schwab, dice que ‘los líderes tienen que escuchar hoy a las personas a las que lideran y ejercer no solo la inteligencia contextual, sino también la inteligencia emocional’ www.weforum.org. 
Cinco desafíos se plantean para este Foro: 1) Prepararse para la Cuarta Revolución Industrial, teniendo en cuenta las consecuencias positivas y negativas del desarrollo tecnológico acelerado; 2) Construir un sistema dinámico e inclusivo de gobernanza global que plantee nuevas opciones de colaboración y cooperación a partir de valores compartidos; 3) Revitalizar el crecimiento económico global teniendo en cuenta la inclusión social y el desempleo juvenil; 4) Restaurar el capitalismo de mercado, buscando el equilibrio entre economía y sociedad; 5) Desarrollar identidades positivas a través de nuevos discursos, ya que la globalización ha hecho del mundo un lugar más pequeño y complicado donde prima la desconfianza. Dice Schwab ‘los líderes responsivos y responsables deben reconocer los miedos y la ira de las personas como legítimos, proveyendo planes constructivos para un mejor futuro… ser receptivos a las señales de entornos cambiantes y dispuestos a hacer los ajustes necesarios… nunca se deben desviar del verdadero norte, una visión fuerte con valores auténticos.’ 
Tal vez sería un buen momento para preguntarnos qué entendemos por liderazgo y qué tan lejos estamos de un ejercicio responsable que contribuya al fortalecimiento del bienestar de la humanidad; porque, desde mi punto de vista, se trata de hacer de éste un mejor lugar donde al ser humano se le reconozca su dignidad y tenga calidad de vida. La propuesta que hace el presidente del Foro Económico Mundial parece muy oportuna y tal vez difícil de lograr, porque sería necesario reconocer que, un líder es una persona ‘de carne y hueso’ que se equivoca, que tiene conocimientos y capacidades limitadas, emociones e intereses que, desafortunadamente, pueden ser distintos a los de su comunidad. Ahora bien, el ejercicio del liderazgo no es un tema para quienes ocupan cargos de dirección o autoridad, es una tarea de cada uno de nosotros en el ámbito en el que nos movemos; en mi opinión, el gran reto está en ir más allá de las palabras y ser coherentes con nuestros actos. Ante los desafíos de este 2017 tenemos la posibilidad de sentirnos víctimas de las circunstancias o hacernos cargo de ellas y trabajar juntos por una sociedad mejor. Una tarea que, en palabras de Klaus Schwab ‘comienza con nuestros líderes, que deben entablar un diálogo abierto y una búsqueda común de soluciones … Si reconocen que la nuestra es una comunidad global con un destino compartido, habrán hecho un primer paso, aunque modesto, en la dirección correcta’.