El 13 de agosto de 1999 fue asesinado vilmente en las calles de Bogotá uno de los grandes humoristas que ha tenido Colombia: Jaime Garzón, creador de varios personajes que entre verdades y risas lanzaba preguntas y sugería respuestas a la vez que alfabetizaba sobre asuntos sociales de interés y profundidad.
Ello condujo a la creación del día del humorista colombiano; los hay y muy buenos en su mayoría y da muestras de la inteligencia de nuestro pueblo ya que hacer humor es una sabiduría y arte; no es fácil arrancar la risa que es el elemento físico para manifestar la respuesta al elemento inteligente, de picaresca y oportunismo.
Se dice que San Felipe Neri, gran predicador de siglos pasados, llevaba siempre entre sus pocos libros uno de humor; al ser preguntado sobre el por qué de esa costumbre anotó "un santo triste es un triste santo" y además la alegría debe ser respuesta permanente ante el amor de Dios que en el día regala raudales de belleza y en la noche dona chispas de fuego para asombro y gozo al sentirnos rodeados de esplendor.
Una de las sabidurías de la vida consiste en no tomarse demasiado en serio, en aceptar las limitaciones, defectos y errores que por mucho que luchemos siempre acompañan nuestro existir; vivir es un constante estarse haciendo, creciendo, aprendiendo; por lo tanto los errores y ridículos forman parte de nuestra vivencia; el humor sano es ayuda para ser realistas; alguien anotó que el humor hace humo los fantasmas del miedo, el orgullo, el miedo a equivocarse.
Para muchos la biblia es un libro frío, normativo y seco olvidando que la sonrisa figura desde Abraham y se siente en la fiesta de Caná de Galilea así como en el trato de Jesús con Pedro que tantas salidas espontáneas y enrutadas a correcciones fuertes pero dentro del ambiente amable y amoroso tenía.
El humor ayuda a la sabiduría de la vida porque se alimenta de la condición humana en general; no desprecia motivo alguno, no quita importancia a nada; el humor es un magnífico corrector de equivocaciones, un llamado a tomar con realismo la vida.
El verdadero humor es una forma no grosera ni hiriente de decir verdades y corregir errores; cura del miedo al ridículo; permite a los seres humanos percatarse de la insignificancia y hasta ridiculez de hechos y momentos a veces insignificantes; sana de esa manía tan en boga de volver trágico lo que solo es dramático.
El humor viene a curar la vanidad de los mortales, los prejuicios sin base, los recuerdos dañosos agrandados por nuestro egoísmo o falso amor propio; el sano humor jamás tiene mala intención, solo tiene curiosidad y aporte a la vida, enseña a distinguir lo esencial de lo secundario, se complace en demostrar la inutilidad de las complicaciones.
La falta de humor no es solo una desgracia para la persona sino un mal síntoma, porque muestra que la esperanza no tiene cabida aún en el corazón.
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