Es triste en verdad, pero todo parece indicar que la firma de un acuerdo de paz no traerá consigo la protección de la vida, al contrario entre más cerca estamos de la firma de este acuerdo de paz que ponga fin a casi sesenta años de barbarie y muerte, volvemos a despertar con crueles noticias sobre el asesinato de líderes sociales, líderes populares, líderes sindicales, defensores y defensoras de derechos humanos, reclamantes de tierras y todo aquel que se atreva a levantar la voz para denunciar el crimen, para agitar la bandera de la paz, para exigir su derecho a vivir dignamente en una tierra prometida para todos y todas.
Duele en el alma recordar los cientos de nombres de aquí y de allá de jóvenes hombres y mujeres jugados con una apuesta distinta de país que fueron acalladas por “empresas criminales” que pululan por Colombia entera, que se arraigaron en el poder local, que recurren a la ilegalidad, a la intimidación, al asesinato para mantener su dominio y continuar desfalcando los recursos públicos, lo que es de todos, a diestra y siniestra solo para engordar sus bolsillos y vivir a sus anchas. En estos días revisaba las cifras presentadas por Ariel Ávila, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, en las que señala que el neoparamilitarismo está presente en 338 municipios de los 32 departamentos, es decir, en todo el país.
Indigna, por decir lo menos, que la estrategia sea segar la vida de niños, niñas y adolescentes, de mujeres, de hijos de estos líderes y lideresas como una sentencia macabra de dolor y muerte que por supuesto produce enorme dolor. ¿Será que nos van a matar a todos los que queremos un país distinto, con paz, con justicia social, donde nuestros hijos y nietas y nietos puedan soñar, estudiar, trabajar, vivir dignamente?
Hace pocos días, distintas organizaciones sociales y algunos parlamentarios hicimos un llamado de alerta al presidente Juan Manuel Santos, a la Mesa de Diálogo en La Habana, a los países garantes de Cuba y Noruega y a las Naciones Unidas, sobre el impacto paramilitar que dejó solo en el último mes de marzo de este año un total de 28 personas asesinadas, casi una persona por día, al tiempo que denunciamos cómo se han incrementado hostigamientos, seguimientos a líderes sociales y se extiende el macabro exterminio denominado “limpieza social”. En total se han registrado 54 agresiones a personas líderes y organizaciones de derechos humanos, lo que equivale a 2 agresiones por día, entre amenazas, atentados, asesinatos, montajes judiciales y seguimiento.
Todo esto ocurre precisamente en aquellas zonas consideradas prioritarias para el postconflicto como son: Santander, Putumayo, Antioquia, Arauca, Atlántico, Cauca, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander, Sucre, Sur de Bolívar y Buenaventura. Un reciente informe de la Defensoría del Pueblo, señala que 628 defensores humanos, sufrieron amenazas durante el 2015.
Al tiempo de la firma de los acuerdos para el fin del conflicto, el gobierno colombiano tiene la obligación de desmontar totalmente los grupos paramilitares o neoparamilitares como se les denomina, para garantizar condiciones de No repetición en esta guerra degradada y cruel. Como lo ha dicho recientemente Aida Avella, no podemos permitir que lo ocurrido con el exterminio de la Unión Patriótica, se repita en Colombia. Es urgente iniciar una tarea de depuración y transformación de la Administración Pública y las Fuerzas Armadas con las que en muchas ocasiones se ha actuado en complicidad para desarrollar estas estrategias de criminalidad y muerte.
El respeto por la vida y los derechos humanos, el reconocimiento de la pluralidad y la diversidad, la tolerancia y la convivencia deberán ser ejes centrales sobre los que se construya la paz con justicia social que soñamos los y las colombianas.
En memoria de quienes fueron asesinados este marzo del 2016:
Sharon Daiana Marmol; Klaus Zapata; Leonel Ortega; Milton Yesid Escobar Rodríguez; William Castillo; William Alexánder Oime; Hernando Pérez Iriarte; Gilberto de Jesús Quintero; Maricela Tombé; Óber Díaz Guerrero; Esnéider Torres Fonnegra; Brayan Steven Montaño; Samuel Emilio Gómez Zapata; Duber Fernando Vélez; Luis Humberto Donado; Héctor Fabio Gómez; Luis Obando; Sabulón Burbano Córdoba; Ana María Rendón Londoño; Jonathan Calderón Torres; Óscar Alexánder Arango Velásquez; Gonzalo Mariano Rodríguez; Felipe Martínez; Jerónimo Alberto Pérez Montalvo; Luis Miguel Torres Trejo...
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