Quienes afirman -periodistas de televisión, de radio y de otros medios de comunicación- que Timochenko ‘pidió perdón’ están equivocados, o ‘no ven siete sobre un asno’. Éstas, sus palabras: “…ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas…” (Discurso, 26/9/2016). (El Tiempo, al citarlo, sustituyó ‘ofrezco’ por ‘pido’. ¿Por qué?). Conscientemente o no, lo que expresó el guerrillero fue lo siguiente: “Estoy dispuesto a perdonar a todos aquellos que se dejaron asesinar, violar, lisiar, mutilar, secuestrar, extorsionar y despojar de sus tierras por nosotros”. El perdón, verdad de Perogrullo, lo ‘ofrecen’ y conceden los ofendidos o quien, delegado por ellos, tenga el poder de hacerlo. Es improbable que el verbo ‘ofrezco’ se le haya ‘colado inadvertidamente’ a quien redactó ese discurso, si no fue el mismo ‘orador’ quien lo hizo.
* * *
Según el redactor de ‘Supimos que’, el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, estuvo en Salamina años atrás esparciendo su semilla. Es la única explicación que se le puede dar a la siguiente información: “El ministro Villegas arrancó diciendo que se sentía como en casa por su descendencia salamineña” (LA PATRIA, 23/9/2016). Y es la única explicación, digo, porque la ‘descendencia’ la componen solamente los hijos, los nietos, los bisnietos, los tataranietos, los choznos y… ‘Descendencia’, si esto no ha cambiado, es el “conjunto de hijos, nietos y demás generaciones sucesivas en línea recta descendente”. Evidentemente, el redactor no quiso decir esto, sino que aludía a alguno de los padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, tíos… del señor ministro, porque ‘ascendencia’ es el “el conjunto o serie de personas de las que alguien desciende”. ¡Lo fácil que es abrir un diccionario!
* * *
‘Narrativa’. Un amigo, profesor que fue de literatura, me dijo que ya estaba saturado de la ‘narrativa’, es decir, que ya había leído su cuota -y mucho más- de novelas, novelas cortas y cuentos. Y esto lo entiendo. Lo que no comprendo es la acepción que al término le dan escritores actuales. Verbigracia, qué significa la palabreja en estos textos: “Destruir las narrativas con que todos justificaron la sevicia” (El Tiempo, Álvaro Sierra Restrepo, 23/9/2016). “¿Cómo construir una narrativa de esperanzas ante tanta tragedia?” (Ibídem, Eduardo Posada Carbó). ¿Significa, en el primero, ‘excusas’? Entonces, ¿por qué no lo expresan así? ¿O con sus sinónimos, ‘pretextos, razones, evasivas’? ¿Y en el segundo, ‘bloque, cuerpo’? No sé, pero estos dos términos son más apropiados en esas frases que ‘narrativa’. Las definiciones que presenta en la última edición de su diccionario (vigesimotercera) la Academia de la Lengua son las siguientes: “2. Género literario constituido por la novela, la novela corta y el cuento. // 3. Narración (acción de narrar). // 4. Habilidad o destreza en narrar o en contar algo. (Fulano) tiene gran narrativa”. Y el adjetivo, ‘narrativo-a’ (perteneciente a la narración). Nada más.
* * *
‘Miente’ (él) es la tercera persona de singular del presente de indicativo de ‘mentir’. Esto lo sabemos usted y yo. Lo que quizás no sepamos es que ‘mientes’, además de ser la segunda persona del mismo tiempo del mismo verbo, es el plural de ‘miente’ (‘pensamiento, voluntad’), término usado exclusivamente en algunas locuciones. De ‘mientes’ afirmaba don Sebastián de Covarrubias: “Vocablo castellano antiguo que vale advertimiento, como parar mientes”. Y esto lo escribió a comienzos del siglo XVII, en su “Tesoro de la lengua castellana” -prácticamente, el primer diccionario de nuestro idioma-, y cuando don Quijote y Sancho Panza empezaban apenas a cabalgar en busca del ‘sueño imposible’. Los diccionarios asientan los dichos (locuciones) que con ‘mientes’ se han usado: ‘Caer algo en mientes’ o ‘en las mientes’ (venir algo a la imaginación, hacerse presente en el pensamiento); ‘pasársele o venírsele a alguien algo por las mientes’ (ocurrírsele, pensar en ello); ‘traer algo a las mientes’ (recordarlo), y ‘meter mientes’, locución anticuada por ‘parar o poner mientes en algo’ (advertirlo, considerarlo, meditar y recapacitar sobre ello con particular cuidado y atención). Esta última -la más usada hoy en día- es la apropiada en la siguiente frase de don Luis Prieto Ocampo, sin la preposición ‘en’: “Sin parar en mientes en la gravedad de sus crímenes…” (LA PATRIA, 23/9/2016). “Sin parar mientes en…”, vale decir, “sin advertir la gravedad de sus crímenes, sin considerarlos, sin recapacitar cuidadosamente sobre ellos”. ¿A quiénes se refería el columnista? Adivine, adivinador.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015