¡Era lo único que nos faltaba! es la exclamación que emitimos cuando sucede algo perjudicial mientras atravesamos una situación difícil. Y clamamos ¡no faltaba más! para manifestar rechazo por la posibilidad de que un hecho aciago, una actuación reprochable, una presunción infundada o un modo de pensar absurdo se hagan realidad. Pero hay una tendencia actual, ¡otra tendencia!, entre escritores reconocidos, a suprimir el adverbio de negación de esa locución exclamativa. Como muestra, ésta, de Juan Esteban Constaín: “...y nadie tiene por qué imponerle a nadie (...) qué es mejor o qué es peor, qué es más bello, qué es más importante (...). Faltaba más” (El Tiempo, 28/4/2016). Esta expresión, así utilizada, sólo dice que 'algo más falta'; en cambio, ¡no faltaba más! sí interpreta lo que con ella se quiere manifestar. Si no estoy mal de la memoria, el columnista de El Tiempo Carlos Castillo Cardona fue uno de los pioneros de esta repudiable tendencia. Es el mismo que encabeza la apostilla de sus artículos así: “Que dijera”. La primera vez lo hizo sin empalagos: “Me dijeron que dijera”. ¿Por qué no la conservó? Como dicen en Bogotá, a preguntarle al mono de la pila.
* * *
Las palabras que hacen parte del lenguaje de todos los pueblos, para facilitar la comprensión de lo que se dice por escrito u oralmente, deben ser empleadas con propiedad, con la acepción que cada una de ellas tiene. De otra manera, es imposible captar la idea que pretende expresar quien habla o escribe. Me sucedió con la siguiente frase del columnista John Harold Giraldo Herrera en su comentario sobre la película “El libro de la selva”: “Un ser como Mougli, nos transgrede, no en el sentido de inversión, sino en el de situarnos en un lugar menos cómodo...” (LA PATRIA, Lumieradas, 4/5/2016). Y no la entendí, porque el verbo 'transgredir' (“quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto”) no puede tener como objeto de su acción a personas, animales o cosas, por ejemplo, uno no puede 'transgredir' un sancocho. Por esto, tampoco está debidamente empleado en esta frase del mismo artículo: “Quizás por ello “El Libro de la selva” transgrede lo que hemos visto...”. ¿Confundió este verbo con 'agredir' (“cometer agresión”)? Lo ignoro, porque, como digo, no comprendí lo que quiso expresar. Nota: Los verbos 'transgredir' y 'agredir', para mí, no para la Academia de la Lengua, siguen siendo defectivos, es decir, que las inflexiones 'transgrede' y 'agrede' no son castizas. Hasta suenan desafinadas.
* * *
Aunque la idea expresada por el verbo 'plagar' es interpretable en el siguiente destacado, su participio está mal empleado: “Real Madrid (...) visita a Manchester City, debutante en semifinales, pero con una nómina plagada de figuras” (LA PATRIA, Afición, 26/4/2016). 'Plagar', en efecto, significa “llenar o cubrir a alguna persona o cosa de algo generalmente nocivo o no conveniente”, verbigracia, “el lugar está plagado de ratas” o, para el caso que nos ocupa, “el equipo tal está plagado de troncos”. Sus sinónimos son “infestar, invadir, pulular (insectos y sabandijas), llenar”. Este último, por supuesto, con la susodicha acepción, pues se emplea también con un sentido positivo. El verbo 'plagar' viene de 'plaga', que, a su vez, procede de la misma palabra latina que significa “herida, golpe, llaga”. En la información comentada, los adjetivos lógicos, además de 'llena', pueden ser “rebosante, colmada, plena, repleta...”. ¡Con tanto de donde escoger, y echar mano de 'plagada'! ¡Ave María!
* * *
Y así como es indispensable utilizar las palabras con su acepción oportuna, así también es necesario emplear las preposiciones adecuadas según el verbo que acompañan para la formación de los complementos de la oración. Por ejemplo, los verbos 'disuadir' e 'incitar': el primero pide la preposición 'de', porque implica antecedencia; el segundo, la preposición 'a', pues encierra consecuencia. El editorialista de LA PATRIA empleó la preposición 'a' en lugar de 'de' en la siguiente oración: “...de tal manera que los miembros de las barras se sientan disuadidos a comportarse con altura” (5/5/2016). “...se sientan disuadidos de comportarse como vándalos”. Pero el complemento de la frase glosada expresa lo contrario, por lo cual debió cambiar el participio por, digamos, 'invitados', 'inducidos', etc., éstos sí con la preposición 'a', ya sabe por qué. ¿No?
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015