Conocí el sustantivo ‘momia’ (“Cadáver que naturalmente o por preparación artificial se deseca con el transcurso del tiempo sin entrar en putrefacción”) cuando, en clases de historia universal, nos hablaban de las momias de Egipto. Pero ignoraba la existencia del adjetivo ‘momio-a’, que califica lo “magro y sin gordura”. Y supe de él porque en la columna del señor Rudolf Hommes leí esto: “…porque unos momios, en el otro extremo del espectro político, opinan equivocadamente que los pequeños productores son improductivos” (LA PATRIA, 31/5/2016). Como no degluto sin masticar, fui al diccionario, y ahí estaba, con otra acepción, ésta figurada: “Lo que se da u obtiene sobre lo que corresponde legítimamente”, como también “lo que se adquiere a poca costa, ganga”. De aquí, la locución familiar ‘de momio’ (‘de balde’). Según estas nociones, ¿qué pretendió expresar el columnista con el término ‘momios’ -aquí, sustantivo-, con el que designa a algunos políticos? Él los contrapone a un “político de izquierda” que se opone a la ‘utilización de extensas tierras cultivables para producir alimentos exportables y de consumo interno’. ¿Quiso calificarlos de ‘momias’? ¿De ‘flacuchentos’? O, más bien, de ‘fósiles, cavernarios y oscurantistas’, como adjetivan los de ideas dizque avanzadas a quienes no piensan ni se comportan como ellos. Habría que preguntárselo al columnista.
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En uno de los dos ejemplos que propone La Patria Chica del uso de los ‘dos puntos’, éstos sobran, lo mismo que los que están puestos después de ‘ejemplo’. Dice así: “Para introducir una enumeración anunciada. Por ejemplo: “Me gustaría de cumpleaños: un balón, un carro, ropa y torta” (Para salir de dudas, 29/5/2016). Y sobran, porque en esa oración los objetos deseados son el complemento del verbo ‘gustar’. La frase, entonces, debió ser construida de la siguiente manera: “Por ejemplo, me gustarían de cumpleaños un balón, un carro, ropa y torta”. Otra flauta le habría sonado si hubiese redactado de esta manera: “Me gustaría de cumpleaños lo siguiente: un balón…”. Sobran también en la siguiente frase del doctor Jorge Raad Aljure: “La carne roja es por ahora: probable, con un riesgo mínimo” (LA PATRIA, 7/6/2016). Y sobran, porque el adjetivo ‘probable’ es el predicado subjetivo de esa oración. Se refería el columnista a la carne roja como causa del cáncer, por lo que debió construir su frase así: “La carne roja es por ahora apenas probable, con un riesgo mínimo”. Afortunadamente.
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En el capítulo XXX de la segunda parte del Quijote, Sancho Panza se dirige a la “señora del palafrén y del azor” de la siguiente manera: “...vuestra encumbrada altanería y grandeza”. El escudero, en forma socarrona, dice ‘altanería’* en lugar de ‘alteza’, tratamiento que se dio en España a los reyes antes de la llegada de la dinastía austríaca. A algunos miembros de la jerarquía eclesiástica (cardenales) se les dice ‘su eminencia’. Este término significa ‘altura o elevación del terreno’ y, figuradamente, “excelencia o sublimidad de ingenio, virtud u otra dote del alma”. Y solemos decir “fulano de tal es una eminencia en tal o cual disciplina”, es decir, que sobresale en ella. Pero hay quienes lo confunden con ‘inminente’, caso más frecuente de lo que podríamos sospechar. Por ejemplo, Alejandro Samper Arango garrapateó: “…y abandonar Vietnam, ante la eminente derrota de sus tropas” (LA PATRIA, 28/5/2016). ‘Inminente’, señor Samper, el adjetivo que usted debió emplear, significa ‘lo que está a punto de suceder’, por ejemplo, ‘inminente, una revuelta popular en Venezuela’. Es un adjetivo procedente del verbo latino ‘imminere’ (‘amenazar’) a través de su participio presente ‘imminens’: Cicerón decía “quotidie mors imminet” (La muerte nos amenaza todos los días). Pregunta: ¿No suena mejor “y abandonar a Vietnam”? ¡Claro que sí! *Nota: Con el término ‘altanería’ designaban la “caza que se hace con halcones y aves de rapiña de alto vuelo”.
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Titular de LA PATRIA: “Spotteando en el aeropuerto Matecaña de Pereira” (Eje Cafetero, 4/6/2015). Y el pie de la fotografía reza: “Los ‘spotter’ del aeropuerto Matecaña se pegan de la malla para observar y registrar los aviones”. ¿No existen en castellano los términos adecuados para expresar esa idea? ¿No sirven ‘observar, ver, divisar, localizar, avistar, curiosear´? ¡Qué pesar del castellano!
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