Con respecto al funcionamiento del transporte público de pasajeros en el país tenemos serios problemas. Solamente una ciudad, Medellín, dispone de metro, donde funciona bien. Bogotá que era, antes de que se construyera el metro de Medellín, la que verdaderamente lo necesitaba, nunca fue capaz de decidirse a construirlo. El sistema que implementó fue el de transmilenio, que posteriormente el presidente Uribe, con muy poco éxito, lo 'exportó' a otras ciudades del país.
En su momento transmilenio fue una solución a las dificultades de transporte que se tenían en Bogotá, proyecto que fue montado por el alcalde Enrique Peñalosa pero que lamentablemente los alcaldes que le sucedieron no cumplieron con los crecimientos proyectados del sistema, por lo que hoy en día este es muy criticado.
El gobierno nacional y la alcaldía de Bogotá están convencidas que la solución al problema de desplazamiento de esta ciudad se va a resolver con la construcción de un metro. A Bogotá le cogió la noche para tomar la decisión. No creo que hoy en día sea la medida. La falta de control en las obras públicas en nuestro país, los incumplimientos en los plazos y presupuestos; además de las dificultades que tiene el suelo de Bogotá y el tamaño de ésta, lo hacen completamente inviable.
Bogotá tomó hace más de 15 años la decisión de que el manejo del transporte público colectivo urbano fuera por medio del transmilenio. Lo que se debe hacer es seguir con esa decisión y cumplir con lo planificado de las nuevas rutas, con sus correspondientes estaciones y nuevos buses. En estos temas, como en la vida, no se puede estar cambiando de decisiones permanentemente. Inclusive seguir con este sistema es muchísimo mas económico que la construcción del metro.
Dejando el tema del transporte público colectivo, quiero referirme al transporte en taxi y específicamente al nuevo servicio que se conoce como Uber. Sistema que entró a competir ilegalmente con el taxi. Está en funcionamiento en la mayoría de las ciudades importantes del mundo y en Colombia opera en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla. Su funcionamiento es muy sencillo, basta una aplicación en el celular, el servicio se solicita por correo electrónico y se paga con tarjeta de crédito. Los vehículos pueden ser particulares o públicos y se requiere que estén en buen estado y que sean de modelos recientes. Las tarifas son muy similares a las que se tienen establecidas para los taxis. Digamos que hasta ahí todo funciona muy bien. El problema consiste en que son ilegales. El servicio del taxi es regulado por el Estado. En su mayoría deben pertenecer a una empresa de transporte público y cada ciudad determina el número de taxis que deben circular en ella. La limitación en el número de vehículos trajo consigo, desde hace mucho tiempo, una figura que es conocida como "el cupo", que es un valor adicional que se le da al taxi por el solo hecho de tener el permiso de prestar el servicio de transporte público. El valor del cupo de un taxi en Manizales se estima en $105 millones.
En el caso de Bogotá hay muchas quejas por parte de los usuarios del taxi. Muchos carros están en mal estado, los conductores no son los más amables y en muchas oportunidades se niegan a llevar a los pasajeros a donde ellos quieren ir y sobre todo los usuarios le tienen mucho temor al llamado "paseo millonario". Con Uber no se tienen estos problemas.
El gobierno ha tratado infructuosamente de impedir la prestación del servicio de Uber. Una de las dificultades que tiene es que es prácticamente imposible su control, sobre todo si se tiene en cuenta que ya se está prestando en vehículos particulares. Todo esto va traer consigo un replanteamiento en el servicio de los taxis. Sin lugar a dudas en principio el número de taxis va a disminuir y el cupo va a perder su valor.
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