El común de la gente dice que nunca las segundas partes fueron buenas. Para aclarar la frase, en cuanto a elecciones presidenciales se refiere, manifiestan que por ejemplo el presidente López Pumarejo no pudo terminar su segundo mandato. Al presidente Uribe en su segundo mandato tampoco le fue bien, se pasó defendiéndose de su primer periodo, de las famosas chuzadas y del mecanismo adoptado para la modificación del "articulito" para poder ser reelegido.

Al presidente Santos tampoco parece que le vaya a ir bien en su segundo mandato. Sigue mostrando las debilidades que presentó en su primer periodo. El común de la gente lo ve como un "timorato", que hoy dice una cosa y al otro día cambia de parecer y sus grandes aliados que son los congresistas ya le tienen "medido el aceite".

En su primer gobierno proyectos de ley como la reforma a la educación, a la salud y a la justicia, fueron un fracaso. Ahora está tratando de sacar una nueva reforma a la constitución que se denomina el equilibrio de poderes y una vez más todo apunta a que una cosa es lo que dice que reformará, otra la que se está discutiendo en el congreso y muy seguramente otra la que se aprobará -si es que logra sacarla a delante-. Inició su propuesta diciendo que se acabará con la reelección presidencial, a los mandatarios locales les prometió ampliar su período y está tratando de hacer una reforma al sistema electoral.

Todo indica que con respeto al periodo del presidente solo se logrará, para bien del país, terminar con la reelección. Sobre el tema de los mandatarios locales, el fondo de la propuesta consiste en que las elecciones de alcaldes municipales y gobernadores coincidan con las del presidente, con el argumento que los mandatos se inicien y terminen al mismo tiempo.

La coincidencia de las elecciones es un tema que el país ya vivió y decidió cambiarla. Antes, al presidente se elegía el mismo día que los congresistas y se vio que era un problema inmenso. En un país donde el régimen presidencialista es tan fuerte, si se unen todas las fechas de elección popular el candidato presidencial podría arrastrar a sus congresistas e inclusive a los mandatarios locales y se termina eligiendo no a los mejores sino a los que están comprometidos con el candidato a la presidencia sus seguidores. Hoy en día se elige en una fecha los congresistas y en otra al presidente, por lo que cada uno tiene que, individualmente, hacer su propio esfuerzo para salir elegidos. El cuento de armonizar los planes de ordenamiento es un sofisma, que es la disculpa que se está utilizando para vender la propuesta. Estos planes que sobre el papel son muy importantes, en el país no han funcionado. La experiencia ha mostrado, tanto a nivel local como nacional, que una cosa son los planes que se aprueban y otros los programas y proyectos que se ejecutan.

La reforma al sistema electoral de acabar con las listas abiertas también es regresiva. Anteriormente los postulados a los concejos municipales y a las asambleas prácticamente eran elegidos a dedo por el gamonal de turno. Esto se acabó con la pasada reforma electoral. Con las listas abiertas se logró que si bien un candidato era apoyado por los sectores políticos, podía salir elegido, sin importar el renglón que ocupara en la lista; es decir, cada candidato tiene que buscar sus votos con las mismas opciones.

Son otros temas que contempla la reforma a la constitución propuesta por el señor presidente. Falta ver finalmente en sus negociaciones qué y cómo queda, sobre todo si se tiene en cuenta que con el ambiente político actual va a ser muy difícil que los congresistas pierdan poder y tomen decisiones que los afecten directamente.

Mientras tanto Santos sigue tratando de sacar adelante su bandera de la paz, que si bien es muy importante, el país va viendo cómo pasa el tiempo sin que se llegue finalmente a un consenso y se ve con preocupación cómo el presidente ya está hablando de un postconflicto; es decir, que está ensillando sin traer las bestias.