Nuestro país es excesivamente normatizado. Producimos leyes, decretos, ordenanzas y acuerdos permanentemente. Lo más lamentable es que así como somos muy buenos para expedir normas, también somos muy malos para cumplirlas. En muchas oportunidades las normas son incumplidas por lo complejas que son.
Un claro ejemplo de la complejidad y de lo absurdas que son las normas se puede observar en las disposiciones que se tienen para establecer los límites de velocidad para transitar por las diferentes vías del país. La norma establece que cuando se circule por sitios escolares la velocidad máxima es de 30 Kms por hora. En áreas urbanas la velocidad máxima es de 60 Kms por hora y en zonas rurales se puede transitar a 80 Kms por hora. Igualmente, se tiene establecido que en condiciones especiales se puede autorizar velocidades de 100 Kms por hora. Por ejemplo un gran tramo de la vía que conduce de Cartago a Cali, que es una verdadera autopista, se puede transitar a una velocidad máxima de 100 kms por hora.
No hay ninguna duda que este gobierno está haciendo un enorme esfuerzo para mejorar las condiciones de la malla vial del país. Son varios los procesos de concesiones viales que se están contratando actualmente y al menos ya tenemos autopistas en diferentes partes, como las del Valle del Cauca, que están al servicio de la comunidad; sin embargo, los problemas para su uso se están dando por las disposiciones que está estableciendo el Ministerio del Transporte.
La Ruta del Sol en el tramo que se inicia en La Dorada, nada tiene que envidiarle a las autopistas de otros países. Los conductores están teniendo dificultades porque al Ministerio le dio por establecer que el límite máximo de velocidad en esta carretera sea de 60 Kms por hora. En semejante calor y con semejante diseño vial es un absurdo. Primero no falta el conductor que hace caso omiso de esta disposición, lo que es muy riesgoso cuando se encuentra con otro respetuoso de la norma; y segundo porque esa velocidad, la de 60 Kms por hora, hace que el conductor se distraiga e inclusive que se duerma, lo que también puede ser otra causal de accidentalidad.
En Manizales también tenemos problemas por estas disposiciones absurdas. La vía Panamericana, cuyo mantenimiento y operación depende del Invías, tiene una normatividad que solo permite como velocidad máxima 30 Kms por hora. Una cosa es transitar, cuando se pasa por un establecimiento educativo, por un espacio de aproximadamente 50 metros a una velocidad de 30 Kms por hora y otra muy distinta es transitar 3 o 4 kms a esa velocidad. La sola aceleración de un carro al arrancar permite que se llegue a esa velocidad con toda tranquilidad.
Afortunadamente el tramo que está en operación en esta vía en doble calzada es corto y las obras de construcción del acceso a Villamaría no permiten superar el límite de los 30 Kms por hora. Sin embargo, si hay que tener este tema solucionado para cuando esté en servicio toda la vía.
La Policía Nacional está realizando periódicamente dispositivos con radares en la Panamericana para controlar la velocidad y hacer cumplir la norma y ya son varios los manizaleños sancionados por su incumplimiento. Afortunadamente estos dispositivos son periódicos, porque si se llegara a tener allí el sistema de foto multas que se tiene establecido en muchas partes del país, seriamos muchos los sancionados; tantos, que sería una excelente fuente de ingresos para la Secretaría de Tránsito y para la Alcaldía.
En muchas oportunidades es muy complicado para los conductores saber las velocidades máximas en las que pueden desplazarse por las vías nacionales. La normatividad del Ministerio del Transporte establece que para que el conductor sepa cuál es el límite de velocidad, se tenga la respectiva señalización vertical. Lamentablemente es muy normal que en las carreteras se encuentren señales seguidas con diferentes velocidades permitidas, lo que hace que el conductor quede totalmente desubicado y no sepa cuál es el límite de velocidad al que puede transitar.
Otra regulación es la separación que se tiene que dejar entre carro y carro cuando estos no pueden desplazarse por diferentes razones que es de siete metros; sin embargo, mientras se espera a que los vehículos puedan reiniciar sus marchas, el conductor cumplidor de la norma se encuentra con que el espacio de seguridad que ha dejado ha sido ocupado por las motos o inclusive por otros vehículos.
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