La movilidad de las personas en nuestra ciudad ha venido siendo muy analizada en los últimos tiempos. Hace unos años tuvimos una “oportunidad de oro” para mejorar el sistema de transporte público colectivo, que entre otras cosas modificaba las rutas de transporte, permitía que no se tuvieran que pagar varios pasajes cuando se hacían transbordos en los desplazamientos y habría podido contribuir a mejorar el desplazamiento vehicular en la ciudad. Lamentablemente el sistema no se pudo implementar.
Por las calles de Manizales circulan 1.660 buses y busetas; 75.000 automóviles, camperos y camionetas y 75.000 motos. El ideal sería que la comunidad se desplazara en transporte público colectivo, pero infortunadamente en nuestra ciudad el uso de este servicio viene en descenso.
Desde hace un tiempo se ha venido hablando que en Manizales se debe desestimular el uso del vehículo particular y para lograrlo las administraciones han propuesto diferentes alternativas.
Manizales en bici es un programa que lanzó la anterior administración y se proponía que muchos de los desplazamientos se hicieran en este tipo de vehículos; inclusive la Alcaldía compró unas bicicletas que están a disposición de las personas en diferentes sitios de la ciudad, las cuales pueden ser utilizadas previo el lleno de unos requisitos y permiten que sus usuarios se trasladen de una estación a otra. Aún con las limitaciones que presenta la ciudad debido a su topografía y la falta de ciclovías, el uso de las bicicletas ha venido aumentando en los últimos tiempos.
Otra propuesta que se ha hecho es la de construir el cable aéreo. Lamentablemente este servicio no ha sido aprovechado lo suficiente como transporte público y sus usuarios han venido disminuyendo. Sin embargo, se espera que en la medida en que se construyan más líneas, que lleguen a sectores con un alto número de usuarios de transporte público colectivo de pasajeros, el sistema pueda funcionar, sobre todo si se tiene en cuenta que este es un medio cómodo, ágil y muy amigable con el medio ambiente.
Otra medida que se ha tomado para desestimular el uso del carro particular es el establecimiento de las zonas azules, mediante el cual se cobra por el parqueo de los vehículos en las vías públicas. Este programa tiene un alto impacto social debido a que le da empleo a personas en situación de discapacidad. Ante las dificultades del actual operador para pagar a sus empleados el salario mínimo, con todas las prestaciones sociales, la administración municipal decidió bajar el número de sitios de zonas azules y va a contratar el programa con otro operador que podrá cobrar una tarifa mayor a la actual.
Las medidas implementadas y comentadas anteriormente, poco han contribuido a la desestimulación del uso de los vehículos particulares. Lo que se requiere es que la gente confíe y use más el transporte público colectivo, cuyo servicio en la ciudad en términos generales es bueno, aunque hay que hacerle mejoras. Igualmente, se necesita que todos los conductores tomen conciencia de la responsabilidad que tienen al conducir los vehículos, tanto consigo mismo como con los que están transitando por las calles de la ciudad.
El alto ingreso de vehículos que se ha dado en el país, incluidas las motos -en Colombia circulan 5 millones de motos-, la facilidad con que se consigue una licencia de conducción -que trae consigo una mala formación a los conductores-, propicia malos comportamientos que contribuyen a generar trancones y a aumentar la tasa de accidentalidad vial que está dejando un significativo número de lesiones personales -incluso muertos-.
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