Con respecto a la prestación del servicio de transporte público colectivo urbano es muy poco lo que se ha avanzado en el país. Es increíble que una ciudad del tamaño de Bogotá tenga un sistema tan precario. Desde hace más de cincuenta años se está hablando de la posibilidad de construir un metro en esta ciudad y nada que se cristaliza esta propuesta, inclusive un exalcalde, que hoy se encuentra en problemas con la justicia, ganó su candidatura a ocupar la alcaldía con una promesa de que construiría el metro, sin decir cómo lo construiría, de dónde saldrían los recursos y por dónde pasaría la línea.
Medellín dispone de un mejor servicio. Hace 20 años contra viento y marea y con recursos de la nación, construyó su metro, -elevado entre otras- y hoy además del metro, dispone de un sistema similar al de transmilenio de Bogotá, que se llama Metroplus y está poniendo en servicio un tranvía. Es decir, en materia de transporte público colectivo urbano hace ya muchos años se le pasó a Bogotá y a las demás ciudades del país. Cali está funcionando con un sistema similar al de transmilenio, el Mío, que se encuentra corto en estaciones y en el número de buses, lo que ha hecho colapsar el sistema.
Volviendo a Bogotá todo apunta a que en la administración municipal que está empezando, si se van a iniciar los trabajos de la construcción del metro, luego de que se resuelva por dónde va a ser el recorrido y lo más importante, si este va a ser aéreo o subterráneo. Decisión que no tengo ninguna duda va a ser que éste sea aéreo -entre otras, el suelo de Bogotá no es muy favorable para la construcción de túneles-.
Bogotá llegó tarde a la decisión de construir el metro. Hace 15 años optó por el transmilenio, que funcionó muy bien por aproximadamente cinco años, tanto que llegó a ser un modelo a nivel nacional e internacional. Permitió en su momento que las personas que vivían en sitios alejados de su trabajo se pudieran desplazar en menor tiempo y sobre todo, que se redujeran sus gastos porque se acabaron los transbordos con pagos de pasajes incluidos.
Pero como suele pasar en el país, quienes suceden a los alcaldes no les interesa continuar con los programas de su antecesor. Tal fue el caso de los que sucedieron a Peñalosa, que fue quien puso en marcha el transmilenio; no cumplieron con el cronograma establecido de nuevas rutas y de crecimiento del sistema.
Dudo que en esta administración que está iniciando Peñalosa se logre poner en servicio una línea del metro y mientras tanto los usuarios de transporte público colectivo urbano y en general todos los que transitan en vehículos tanto particulares como públicos en Bogotá, seguirán por mucho tiempo sufriendo las incomodidades de desplazamiento que presenta esa ciudad.
Lo que se debe hacer en Bogotá, es trabajar intensamente para desatrasarse en la construcción de nuevas líneas del transmilenio. Obras que sin lugar a dudas pueden ser mucho más rápidas en su construcción que el metro y sobre todo, mucho más económicas.
Con respecto a Manizales, según las encuestas que se le han hecho a la comunidad, los usuarios del transporte público se encuentran satisfechos con el servicio. Lo único a lamentar es que el famoso sistema de transporte integrado, TIM, que trató de ponerse en servicio hace ya más de cinco años se haya malogrado y más lamentable aún son las ultimas noticias del alcalde Cardona en el sentido en que el gobierno nacional ya le notificó que no dispone de los recursos para que se pueda implementar este sistema que sin lugar a dudas favorecería a la población menos favorecida de la ciudad porque les evitaría pagar pasajes para hacer transbordos.
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