Cine de hoy
No me cansaré de insistir acerca de la importancia que la televisión ha ido adquiriendo en los últimos años para los productores, actores y directores de cine. La que antes era la cenicienta de los audiovisuales se ha convertido en una dama fuerte y arrolladora en la que todos quieren trabajar. Y es que no es nada raro pensar que el éxito se debe a la facilidad con la que las nuevas plataformas de comunicación se permiten la reproducción de los programas, la facilidad con que se accede a ellos y lo económico que puede ser disfrutar de los contenidos programados para la pequeña pantalla. Obviamente existen mil y una posibilidades también para las películas de cine, pero es obvio que el interés que puede generar por el tiempo de emisión le da la delantera a series y miniseries porque no es lo mismo figurar un otoño en los cines que hacerlo durante dos, tres o más años con cada nueva temporada.
Ryan Murphy lo supo desde siempre, él tenía las herramientas creativas para hacer series explotando y explorando al máximo las múltiples posibilidades, por lo que creo su productora basándose en el entretenimiento especializado abordando diferentes géneros que sabía, funcionarían. Cuando se hizo la primera temporada de American Horror Story (AHS) ya tenía bajo la manga dos ases, su exploración en el campo le había generado la admiración de dos grandes grupos a la hora de consumir televisión: adolescentes y yuppies. A los primero los cautivó con Glee, serie musical que aparte abordaba temas como la discriminación, la inclusión social, los nuevos romances todo enmarcado en una serie de versiones musicales de éxitos que abarcaban varias décadas y que volvieron a sonar en los reproductores de todo el mundo entonados por nuevas voces. Del otro lado hizo Nip/Tuck que podría considerarse (hasta ese momento) la serie más transgresora jamás existente donde contaba las venturas y desventuras de dos inescrupulosos cirujanos plásticos. Con AHS lo que hizo fue sumar todo aquello que no se atrevía nadie a mostrar en un horario AAA contado ahora en el género del suspenso, eso si con la misma sensualidad y el mismo atrevimiento que había usado antes. AHS a medida que presentaba nuevas temporadas se volvía cada ves más innovadora en sus conceptos argumentales y visuales, pues en Asylum y en Coven sorprendía como en Glee con la escogencia del elenco hasta que rebasó la copa con Freak show, su temporada pasada, en la que el elenco estaba conformado a parte de los actores habituales por “verdaderos” fenómenos de circo, tal cual los retrataba el cine en la clásica y repugnante “La parada de los Monstruos”.
Para seguir con esa misma tónica donde no se sabe que esperar, crea una serie nueva que se burla explícitamente de lo que fue el cine de miedo en los años noventa que unía la sangre de lo slasher con momentos absurdamente cómicos (Scream, Sé lo que hicieron el verano pasado) Scream Queens (FOX , Miércoles) hace un homenaje (sic) a las reinas del grito de los ochenta y los noventa, ofreciendo una refrescante versión con una belleza visual inusitada de ese tipo de terror adolescente. Ese entremés de gritos exagerados se ha juntado con el estreno el próximo jueves 8 de octubre con la más reciente temporada de AHS: Hotel, protagonizada por la icónica Lady Gaga y en la que se espera encontrar ese estilo único e inconfundible de este gran realizador, quien le pone su tono tan particular a todo lo que hace, como si quisiera dibujarse en un collage de personajes, temas y escenarios.
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