En días pasados escribía Javier Salas en El País que “el mundo da un paso más hacia el apocalipsis”, a propósito de una reunión sostenida por 15 premios Nobel que, de manera simbólica, ajustaron el “Reloj del Fin del Mundo” a tan solo dos minutos y medio de ese momento. Las causas, afirman, se relacionan con el calentamiento global, las amenazas tecnológicas emergentes y el desconocimiento de las revelaciones científicas por parte de los líderes mundiales. Por ello, desde la universidad hemos venido trabajando fuerte en desarrollar acciones que le apuestan al fortalecimiento de los procesos de investigación e innovación, tomando como base las problemáticas reales y sus posibles soluciones.
En medio de las preocupaciones por la propuesta que el presidente Juan Manuel Santos realiza a gobernadores del país para utilizar recursos no comprometidos del Fondo Ciencia y Tecnología del Sistema General de Regalías, por valor de 1,5 billones, para la construcción de más de 3 mil kilómetros de vías terciarias en varios municipios de Colombia, surge una noticia positiva: el pasado martes 31 de enero el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó al ICETEX la primera operación de US$160 millones para mejorar, no solo el acceso y calidad de la educación superior en Colombia, sino también los programas de investigación, desarrollo e innovación. Lo anterior está enmarcado en lo que el gobierno llama: “Colombia Científica”, una iniciativa que articula esfuerzos del Ministerio de Educación Nacional, Colciencias, ICETEX y Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y que busca el mejoramiento de la calidad de la Educación Superior impactando en la internacionalización y competitividad del país.
Colombia Científica, coordinado por el académico Víctor Hugo Malagón, articula dos componentes: el primero, “Ecosistema Científico”, financiará alianzas conformadas entre instituciones de Educación Superior nacionales e internacionales y el sector productivo para vincular ambiciosos programas de investigación, desarrollo e innovación. El segundo se denomina “Pasaporte a la Ciencia”, y tiene que ver con el otorgamiento de becas crédito a universitarios colombianos para la formación en maestrías y doctorados en las mejores universidades del mundo.
En línea con Colombia Científica, la Universidad de Caldas ha venido estableciendo alianzas con otras instituciones de educación superior en Colombia, universidades internacionales de alto nivel, centros de investigación y el sector privado, para conformar ecosistemas de investigación e innovación en la región que han dado como resultado la obtención de 6 patentes de invención los últimos 4 años, de las cuales 2 son internacionales. Las patentes son un indicador de novedad pero también de aplicabilidad del conocimiento en contextos específicos.
El año pasado, la Universidad de Caldas presentó ante la oficina de patentes de USA - USPTO la patente del Bioproducto para tratar la mastitis subclínica bovina. Esta tecnología fue considerada entre las 3 tecnologías con mayor potencial en el país en el marco de una convocatoria de “Innpulsa” en un evento organizado por la OEA. Lo más valioso de la invención es que resuelve un problema mundial que le cuesta millones de dólares a la industria láctea. También en 2016 se presentó la patente Luminosite, en conjunto con la Universidad de Antioquia. En este caso, el grupo de investigación logró funcionalizar la arcilla natural montmorillonita (MMT), creando con ello un nuevo material ecosorbente que tiene mejores propiedades de retención que los productos similares, y que puede ser usado en diferentes aplicaciones como cromatografía, industria de alimentos y purificación de agua.
Con el objeto de fortalecer la ganadería lechera de pequeña escala en Caldas, la Universidad, con el liderazgo del Dr. Bernardo Rivera, ejecutó el proyecto “Asistencia técnica para el fortalecimiento de la producción de leche en Caldas”, que le apuesta a crear mejores condiciones tecnológicas y organizativas, y a promover nuevas prácticas en el sector.
Por otra parte, la Universidad instala la Planta de Bioprocesos, un Centro Tecnológico donde se prototipan soluciones a escala piloto y se trabaja con el sector productivo en áreas de agroindustria, alimentos, salud y aprovechamiento de residuos. La planta es dirigida por Sandra Montoya, una de las científicas más reconocidas en la investigación con hongos en Latinoamérica.
Estos proyectos e innovaciones, en conjunto con otros que se llevan a cabo, y con la creación del Centro de Ciencia Francisco José de Caldas que se integrará al Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, demuestran que desde las universidades es posible la construcción de un conocimiento pertinente para el país y el mundo y que, con programas como Colombia Científica, se da un gran impulso para que la región avance por la senda adecuada de la ciencia y la tecnología. Y así será necesario afirmar, con Louis Pasteur, que la ciencia no sabe de países, porque el conocimiento le pertenece a la humanidad y es la antorcha que ilumina el mundo.
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