La magia de la literatura está en que un ecuatoriano escriba en Bogotá un libro que recrea a un jardinero gringo en La Habana, olvidado por la CIA y el castrismo, y quien es el guardián de los secretos de la más bella de las divas de Hollywood, pero que hace sus sueños realidad, en el cuerpo de una jinetera mulata.

Marilyn en el Caribe es la más reciente novela del embajador ecuatoriano en Colombia, Raúl Vallejo, quien recrea la historia de un diario secreto de la diva, en el que escribía todo lo que le pasaba con el presidente Kennedy, con el fiscal Kennedy, con su confidente Truman Capote, con Frank Sinatra, con sus amigos de la mafia... El diario era un objeto de interés para muchos poderosos, empezando por el temido J. Edgar Hoover, amo del FBI por 37 años.

Al paso de los recuerdos de Marilyn, casi medio siglo después, un jardinero que nunca la conoció, pero que guardó sus secretos como el más fiel de los sirvientes, da cuenta de su paso sin aspaviento en La Habana, con nostalgia. Allí, en esa Isla extraña, todos lo creían entrenador de beisbolistas y uno que otro caminante se admiraba con su jardín. Él va apropiándose de las palabras cubanas que nunca le saldrán tan cubanísimas, así que solo le queda fumar tabaco y disfrutar del cuerpo compartido de Odalys.

La novela empieza dando cuenta del escándalo más reciente de Berlusconi, el expresidente italiano, enredado en líos de faldas. Y retoma al final: "Berlusconi encoñado con su muñequita marroquí. Los Kennedy exhibiendo a Marilyn como un trofeo. En ellos, la lujuria del poder es tan apetecida como el poder de la lujuria". Detrás, el Departamento de Estado metiendo el dedo en la llaga, bien del político italiano, bien de Julian Assange o de la casta política del sur de Estados Unidos, el mismo poder que olvida a los peligrosos de ayer. Una novela que se lee en una sentada.