¿Quién iba a imaginar que un hacker violaría los computadores de una empresa de abogados panameña para extractar información confidencial de sus clientes y revelarla al mundo entero? Seguramente a muy pocos les cruzó esa idea por la cabeza. En otras palabras, lo que no había logrado la alta diplomacia internacional, ni los presidentes más poderosos del planeta, lo consiguió un ilustre desconocido, en este caso un misterioso hacker, quien por razones obvias preferirá quedar en el anonimato.
Ese personaje logró filtrar más de 11 millones de documentos (léase papeles) de al menos 14.000 clientes de la firma de abogados panameña Mossack & Fonseca y desató un escándalo de mayúsculas proporciones en todo el mundo, con repercusiones en la vida social, política, empresarial, y seguramente judicial de los cinco continentes, desde Oceanía hasta América, pasando por Asia, África y Europa. 
Y por supuesto Colombia no fue ajena al remezón, pues dentro de la lista de clientes de la 'prestigiosa' firma de abogados aparecen 1.245 compatriotas, la mayoría de ellos connotados representantes de la sociedad colombiana, políticos 'nuevos' y tradicionales, empresarios de todos los matices, exministros (un exminhacienda), exsuperintendentes, sobresalientes negociadores del conflicto armado colombiano y muchos otros personajes no menos importantes. ¡Ah!, pero nuestro querido departamento no se salva, pues allí figuran 12 destacados caldenses (www.lasillavacia.com).
Ahora bien, no hay que acusar a las personas que aparecen en la base de datos por el simple hecho de figurar allí. Pero tampoco hay que exculparlas de tajo, pues debe mirarse en detalle las razones que los llevaron a crear una sociedad 'offshore' en Panamá. Como en todos los casos, hay que tomarse la molestia de escuchar con objetividad los argumentos de todas las partes. 
Pero antes de adentrarnos en el tema, conviene saber que el término inglés 'offshore' significa alejado de la costa, costa afuera; y empezó a aplicarse para actividades desarrolladas en altamar, como la explotación de petróleo, la generación de energía eólica, entre muchas otras. Posteriormente, el uso del término se extendió para todas las actividades económicas, empresariales o financieras realizadas fuera del país donde se reside, llámese Panamá o cualquier otro.
Entonces, ¿para qué constituir una empresa en el exterior, en este caso Panamá? La respuesta a ello es múltiple, pues podría tratarse de empresas colombianas que extienden sus operaciones industriales, comerciales, financieras o de servicios a ese país o a cualquier otro de la región, caso en el cual no habría por qué causar suspicacia. 
O también puede darse el caso de aquellas empresas colombianas que por temas logísticos de comercio exterior se ven en la necesidad de constituirse allí para el manejo de las importaciones requeridas para su operación. Todo ello es normal y debe ser totalmente declarado ante las autoridades colombianas.
Pero el panorama empieza a ensombrecerse cuando empresarios inescrupulosos abren allí empresas para ocultar bienes y evadir el pago de impuestos. O cuando utilizan esas empresas para facturarles a las colombianas servicios que nunca existieron y así llevarse el dinero sin pagar los tributos correspondientes.
Por todo ello serán la DIAN y en algunos casos la Fiscalía, las que deberán investigar en detalle todas las transacciones de dichas empresas 'offshore' y ojalá las autoridades panameñas cooperen y se llegue hasta el último rincón. Y no perdamos de vista que Mossack & Fonseca es apenas una de las 5 grandes firmas de abogados que se dedican a este tema. O sea que apenas estamos viendo la punta del iceberg, porque aún faltan 4 bufetes de juristas y al menos 10 paraísos fiscales del resto del mundo.