Luego de tantas fiestas y celebraciones como las que traen consigo la Navidad, el año nuevo y muy especialmente la feria de Manizales, ha llegado la hora de retornar a los quehaceres normales. El trabajo, los proyectos, el estudio, en fin, todo aquello a lo que le dedicamos nuestra rutina diaria.
Pero todo comienzo de año generalmente requiere una revisión minuciosa del presupuesto personal y familiar, así como de las deudas que tendremos que atender durante el año y muy especialmente las relacionadas con las tarjetas de crédito, sobrecargadas por la compra de los regalos decembrinos y las parrandas de ferias; y en muchos casos por el paseo familiar del que acaba de retornarse.
Y cuando regresamos a esta rutina diaria, aparecen los gastos recurrentes de comienzo de año: El pago de matrículas y la compra de útiles escolares. Y más adelante asoman las consabidas obligaciones, como el impuesto predial y el muy polémico impuesto de vehículos, que este año llegó “repotenciado” y nos trajo una sorpresa demasiado desagradable.
El Ministerio de Transporte decidió expedir una nueva tabla de avalúos para todos los carros que circulan en el territorio nacional; y la realidad es que subieron de una manera exagerada, por lo que el impuesto a pagar también crecerá desproporcionadamente. ¡Absurdo! Pero ojalá que el alza de estos avalúos no vaya a jalonar el costo de las pólizas de seguro, ni tampoco la del famoso SOAT (Seguro Obligatorio de Accidente de Tránsito). Y súmele a ello la revisión técnico-mecánica.
Pero continuando con las cargas para este 2016, tenga en cuenta que si usted obtuvo ingresos superiores a $39,5 millones en el año 2015, es bueno que comience desde ya a reunir los documentos para presentar la declaración de renta. Igualmente estará obligado a declarar si su patrimonio bruto es superior a $127,2 millones; si efectuó compras con tarjetas de crédito por un monto superior a $79 millones; o si las consignaciones en su cuenta bancaria excedieron los $127 millones en el año.
Y si usted este año devenga un salario igual o superior a $4.216.282 mensuales alístese a pagar la retención en la fuente; claro está que si realiza aportes voluntarios a fondos de pensiones, constituye ahorros en cuentas de fomento a la construcción (AFC), o si demuestra el pago de intereses por créditos de vivienda o pagos relacionados con la educación y la salud, tendrá un alivio en el pago de la retención.
Y para completar el panorama, la semana pasada el Banco de la República, continuando con esa tendencia, fijó una nueva alza en la tasa de interés, por lo que los efectos los empezaremos a sentir muy pronto cuando se empiecen a incrementar las cuotas de los créditos. Y súmele a ello la paliza que empieza a darnos el incremento de la inflación.
Pero lo duro está por llegar. Se acaba de hacer el anuncio que la famosa reforma tributaria ‘estructural’ será tramitada y aprobada en el segundo semestre de este año. Y todo apunta a que le cargará la mano a la tributación de las personas; un IVA del 18% o 19% ya empieza a asomar su cara.
En fin, este año y los que vienen, las cosas no se ven fáciles. Y lo grave del asunto es que todo sucede en un año en el que la economía no pinta del todo bien. Así que lo mejor es tomar algunas precauciones como evitar gastos innecesarios, ahorrar lo que pueda, por mínimo que sea y prepararse para corroborar el viejo y conocido refrán: “Después del gusto, que venga el susto”.
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