Antes de iniciar esta misiva, mi querido Juan José, te prevengo de la muy segura posibilidad que existe que Don Efraim Osorio me jale las orejas por emplear un vocablo, Feriasaza, que creo no existe dentro de la lengua castellana y que por tanto "no debía ser usado dado que… etc, etc". Pero la verdad es que la semana ferial resultó por demás exitosa y a riesgo de recibir, en idioma local "un repelo" de ese implacable y para mi respetado filólogo, como los toreros valientes me la voy a jugar porque no hay, para mí, mejor expresión para describir el éxito de una Feria en modo superlativo.
Dentro de las muchas razones y motivos que tienen manizaleños para sentirse orgullosos de su ciudad una de ellas es su Feria Anual, que este año resultó más lucida que de costumbre gracias a la acertada programación ofrecida, tanto de los espectáculos gratuitos como de los que tuvieron costo. Hacía tiempo que no pisaban los escenarios de esta urbe, instalados temporalmente unos y fijos otros, artistas de tanto recorrido, calidad y reconocimiento popular.
Como simple turista visité la ciudad y tuve la precaución de no contarle a ninguno de mis conocidos y amigos, laicos y religiosos, que participaría de la Feria, pues la idea era vivir, como cualquier hijo de vecino estas tan cacareadas festividades populares, pues como bien sabes yo acudo a la Feria puntualmente todos los años pero a la parte taurina únicamente, donde aprovecho para disfrutar de mi espectáculo predilecto y además para reencontrarme con viejos relacionados, todos actores del espectáculo de toros.
Este año, antes y después de asistir de incógnito a la plaza de Toros, tuve la oportunidad de disfrutar con las carreras de los carros de balineras, con las pruebas de motociclismo, que entre otras resultaron bastante accidentadas debido, a decir de los expertos, a que la pista era muy exigente en su trazado; de igual manera vi a la juventud rebotar en la "gran cauchera" o saltar desde una altura considerable a un gigantesco colchón inflable; el espectáculo de los autos de carreras también resultó, por lo menos para mí, enriquecedor, pues jamás había oído que existiera y menos había visto en acción un carro de carreras, tipo fórmula, de pilas, vale decir eléctrico y además de este otros bólidos piloteados por reconocidos aces del volante patrio. Y la música, qué orquestas, qué solistas, qué trovadores, qué alegría popular sana y contagiosa. No hay palabras para definir las noches inolvidables en tablados y demás lugares dispuestos para el "goce pagano".
En cuanto a los Toros, mi fuerte, todos las tardes hubo algo interesante, pero como bien sabes que mi oficio no es el de gacetillero, solo te contaré algunos eventos que me quedaron en, como dicen los jóvenes, el disco duro.
Los toros de Ernesto Gutiérrez que sin excepción humillaron una barbaridad, casi tanto como lo que humilla el cocinero Rausch a los participantes en Master Chef Colombia. La bronca al maestro Rincón, una de las más grandes, sonoras y agresivas que he oído en la monumental manizalita; "Torero sí, ganadero no", le gritaron. El baño que le dio Diego Ventura a Pablo Hermoso, al cortar el primero dos orejas en dos toros lidiados en la Feria y ninguna el estellés a los tres que rejoneó en el mal llamado "Mano a Mano". La "faena" del Juli al hacerse "el de la oreja mocha", como decía mi abuela, para no estoquear el sexto toro de la última corrida que fue devuelto vivo a los corrales, irreglamentariamente a mi manera de ver, por haberse inhabilitado durante el último tercio de la lidia. La poca voluntad de Talavante de enfrentar con decisión el buen toro de Achury que reemplazó a uno devuelto de la Ventas del Espíritu Santo. Un buen mozo, bravo y bueno, con el cual a las claras se vio como el volumen, la cornamenta y en general el trapío le disgustaron y no quiso "ni verlo".
Recibe un abrazo de tu amigo. El Fraile
Añadido: Cuándo comprenderán las autoridades de tránsito que el no educar a los conductores de autos, camiones y motos para que transiten por el lado derecho de la vía y usen el izquierdo solo para rebasar, como hoy no lo hacen, puede llegar a tener graves consecuencias en el aumento de la accidentalidad en las carreteras.
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