Sonia Rocío De la Portilla Maya * smaya@umanizales.edu.co
Esta es una de las habilidades cognitivas interpersonales que permite ponerse en el lugar de los otros para entender las emociones y creencias, diferentes a las de sí mismo. Premack y Woodruf, fueron quienes estructuraron este concepto. Solo a partir de los 3 o 4 años pueden hacerse presentes estas habilidades, gracias al desarrollo cognitivo y emocional que permite el reflexionar sobre los comportamientos, intenciones, pensamientos y sentimientos de los demás.
Paralelamente, emergen formas rudimentarias de emociones autoevaluativas como la culpa, la vergüenza o el orgullo, también llamadas emociones secundarias. Estas se van estructurando a partir de la adquisición de los preceptos morales básicos, las normas o valores propios de la sociedad a la cual pertenece el sujeto. La transgresión de normas socio convencionales, generalmente ocasionan pena, mientras que las que comprometen acciones que afectan la moral, el bienestar y los derechos de los demás, generan sentimientos de culpa.
Entre las aplicaciones de esta teoría, está el lograr interpretar correctamente el código de las interacciones humanas, necesarias para la cooperación, la competitividad y la anticipación del comportamiento de las demás personas. Las fallas en las funciones de interpretación de los estados mentales, hacen parte del abanico sintomático de diferentes problemas de adaptación social, de trastornos del comportamiento en niños y adolescentes, así como también, de algunas variantes de conductas sociopáticas o problemas del neurodesarrollo, tales como el autismo y la esquizofrenia.
Varias investigaciones nacionales e internacionales han demostrado en adolescentes infractores de la ley, una baja preocupación por los efectos de sus conductas sobre sus víctimas. Esta alteración estaría explicando muchas de las actuaciones propias de los trastornos de comportamiento, que representan la enfermedad psiquiátrica más común en niños y adolescentes entre 8 y 16 años de edad, llegando a afectar un 10% de ellos. En Colombia, durante el año 2010, hubo alrededor de 29 mil jóvenes procesados por situaciones delictivas, según el informe del Consejo Superior de la Judicatura.
Considerando las dimensiones del problema, lo novedoso de este modelo explicativo, es que permite ampliar las estrategias de evaluación precoz en niños, a fin de predecir conductas desadaptativas futuras, así como también pone a disposición acertadas estrategias terapéuticas para la recuperación y/o el aprendizaje de los procesos de mentalización afectados.
* Psiquiátra psicoterapeuta infantil y de familia – Docente de la Universidad de Manizales.
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