Cuál es el valor de una vida?. Tal parece que como el valor de la moneda en el mercado, sube o baja, según las leyes de la economía. Y surge otra pregunta: Cuándo comenzó a pasar esto sin que nos diésemos cuenta?
Tal vez ustedes y yo responderíamos que eso no nos ha ocurrido, rasgando las vestiduras en defensa de nuestros principios. Ahora, hagamos un recorrido por aspectos más sutiles y revisemos las siguientes situaciones:
Cuándo fue la última vez que tuvimos una tremenda comilona o caímos en excesos, saltándonos las recomendaciones medicas?. Alguna vez hemos salido con la idea de comprar algo necesario y terminamos comprando mucho más, con la satisfacción de haberlo hallado en promoción?, tal vez en ocasiones hemos escuchado y hasta cantado el estribillo de moda: “amigos con derecho y cada quien para su casa”, reprobando luego la supuesta sexualidad desordenado que achacamos a los jóvenes?. La lista podría crecer, pero para la muestra estos botones bastan.
Ahora, pasamos a reflexionar acerca de la vida. Como agregarle valor?. Bien valdría la pena correr el velo de confusión y distorsión de valores auténticos que nos llevan a actuar enceguecidos, asumiendo automáticamente como bueno, lo satisfactorio y placentero; a considerar saludable, lo exclusivamente estético; a juzgar por correcto, lo acostumbrado por la mayoría, tachando de “malo”, o reprobable todo aquello que nos conduce a la privación, a la frustración o quizá al dolor.
Si esto le resulta extraño, recordemos cómo enseñamos a los hijos los buenos modales?, Cómo aprendimos a respetar la autoridad, las normas y los límites para una sana convivencia?. Acaso los errores y fracasos no han sido también nuestros mejores maestros? Por supuesto, no serían los únicos, sin embargo, la misma personalidad del niño y del adolescente, hasta llegar a consolidarse en la vida adulta, ha tenido que forjarse como el oro, pasando por pruebas superadas, experiencias ejemplares, evolucionando tras una serie de duelos que marcan el fin de cada etapa, sin la cual no podríamos asumir con donaire la siguiente.
Traspasaremos el humo de la inmediatez y trabajemos para enriquecer nuestra vida con valores universales, tales como: respeto, libertad, bondad, justicia, igualdad, amor, amistad, responsabilidad, honradez, solidaridad, el honor y la paz.
Psiquiatra psicoterapeuta infantil y de familia.
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