Anteriormente habíamos comentado, cómo los desórdenes depresivos también ocurren durante la juventud y sus exteriorizaciones o síntomas son diferentes a los del adulto y del niño, los cuales pueden volverse crónicos, o reaparecer de tiempo en tiempo hasta la edad adulta, si no se los atiende adecuadamente. En un estudio reciente, realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental de Norteamérica, en niños y adolescentes entre los 6 a 17 años, se encontró que más del 6% de ellos, habían padecido algún trastorno depresivo en los últimos 6 meses, en proporción igual para ambos géneros hasta los 14 años; época a partir de la cual, este trastorno es dos veces más común en las mujeres, probablemente por causas hormonales.
Las manifestaciones depresivas en los jóvenes, con frecuencia se expresan con mezcla de síntomas que pueden encubrirla, tales como: ansiedad, sobrepeso, atracones de comida o incluso síntomas de anorexia, impulsividad, trastornos de comportamiento, conductas pseudo delincuenciales o temerarias de riesgo. También se registran dificultades en la concentración, pérdida de intereses habituales, aislamiento. Todos estos síntomas pueden precipitar o agravar el consumo y abuso de sustancias psicoactivas.
Existe una fuerte correlación entre depresión, consumo de sustancias y riesgo suicida. Un tercio de la población Colombiana ha tenido algún trastorno mental en la vida, siendo el suicidio una de las tres primeras causas de muerte en las personas entre 15 a 45 años. Esta cifra puede duplicarse en pocos años.
Actualmente, cada seis minutos se suicida una persona en el mundo y por cada suicidio, se estima que ocurren veinte casos de intentos nuevos, constituyendo así, un grave problema de Salud Pública. Desafortunadamente, su prevención y control no es tarea fácil. Las investigaciones indican que la prevención del suicidio, supone una serie de actividades que van desde las condiciones de crianza de nuestros niños y jóvenes, hasta el control ambiental de los factores de riesgo, tales como: el acoso escolar, matonéo o bullyng, violencia intrafamiliar, falta de escolarización y oportunidades de desarrollo, manejo del tiempo libre, y por supuesto, el tratamiento eficaz de los trastornos mentales. La difusión adecuada de información y la concientización sobre el suicidio son elementos esenciales para el éxito de los programas de Prevención en Salud Mental.
Psiquiatra psicoterapeuta infantil y de familia
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