Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Los valores de ciudad tienen que ver con actos irresponsables hacia el entorno: basura, heces fecales de mascotas, intolerancia con quienes les reclaman, suciedad, gestos de indiferencia y ausencia de sentido de pertenencia con el sitio que se habita. Hay personas que afirman que ya son adultas y que no van a aprender a comportarse de manera diferente, sin embargo, a pesar de su negación, es importante recordar que mediante actos pedagógicos se puede invitar y motivar a adultos, adolescentes y niños a cuidar la ciudad y los espacios que se comparten.
Falta respeto y consideración con los demás seres humanos, no es más limpia la ciudad porque haya más empresas y personas contratadas para estas tareas: Creer que para ello tienen personas contratadas y que para eso les pagan, refleja la indolencia y los valores de quienes así justifican y resuelven tales acciones cuando alguien les increpa por ellas: “Yo no tengo por qué hacer el trabajo de las empresas de aseo, no es mi deber”, (María. Profesional y madre de dos hijos).
¿Qué ejemplo se les está dando a los hijos cuando se piensa y asumen los valores ciudadanos de esta forma?...Nada raro que hayan actos de tanto vandalismo con padres que hacen estas afirmaciones con ligereza y menosprecio hacia la ciudad y las personas que realizan el trabajo de mantenerla limpia y pulcra.
Educar en valores, es educar para una mejor convivencia social, a través de enseñanzas pedagógicas que le apuesten a humanizar, sensibilizar y respetar a los otros, más aún, cuando se comparten espacios con gran cantidad de personas.
Por ejemplo, es frecuente ver en colegios y universidades personas que no saben para qué sirven los basureros. Hay horas en los que no se pueden ocupar ciertas áreas, pues es tal la cantidad de basura, regueros y desechos, que se hace necesario primero organizar y limpiar para poder ocuparlos.
Con las colillas de cigarrillos sucede algo similar. Las áreas permitidas para el consumo son absurdamente saturadas con estos residuos, sin percatarse, o haciendo caso omiso de que muy cerca están los recipientes para su depósito.
Tienen razón quienes afirman, que una cosa es informar y otra muy diferente formar y educar. Para educar y formar a un ser humano se necesita ser persistentes y persuasivos. Fernando Savater dice en su libro El valor de educar: “La pedagogía tiene mucho más de arte que de ciencia”, lo cual significa entonces, que educar es complejo, no basta con trasmitir conocimientos, se requiere de diversos elementos a fin de asomarse y acercarse creativamente a los demás y poder lograr impactarlos positivamente.
Muchos son los actores que tienen responsabilidad en estos asuntos de formar y educar. No son solo los padres y la familia, lo son también los docentes de cualquier asignatura, quienes no pueden escudarse en que no hablan de valores, ni de hábitos. Pobre respuesta en un medio en el que urge, por sobre todo, no solo invertir tiempo para hablar de estos temas, sino también, dar un adecuado ejemplo.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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