Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
A muchos hombres les causa vergüenza hablar del maltrato que reciben de sus parejas y por ello no es fácil abordar este asunto, menos aún, cuando este tema poquísimas veces se expone en los noticieros como sí sucede con las mujeres. En algunas relaciones conyugales, la mujer ejerce violencia tanto física, como emocional y psicológica, valiéndose del sexo para presionar a su cónyuge.
Andrés cuenta que su esposa le ha pegado varias veces, dice que se pone como loca y cuando él le dice que la va a dejar, amenaza con que se va a suicidar y que los hijos lo van a culpar por la muerte de ella. En este círculo vicioso lleva varios años, pidió ayuda profesional, pero no hay cambios. Dice que se siente tan enfermo como ella, en tanto no es capaz de tomar la decisión de alejarse.
Juan afirma que hace tiempo no va a ninguna reunión social con su esposa, porque ella se emborracha y comienza a abrazarse con los demás invitados, que pierde el contacto con la realidad y que hay que sacarla del sitio obligada, en medio de escándalos, insultos e incluso agresiones físicas de parte de ella. Él siente vergüenza y prefiere aislarse.
Ancízar se casó hace 20 años, ilusionado y con muchos sueños. Trabajó día y noche para comprar la casa y para que sus hijos estudiaran en un buen colegio. Todo fue una lucha. Cuando los hijos estaban terminando el bachillerato, ella validó y quiso estudiar una carrera: "Yo feliz y orgulloso, pero cuando le faltaban dos meses para graduarse me dijo que estaba enamorada de otro hombre, que se graduaba y se iba con él a vivir a otra ciudad. Que ahí me dejaba a los hijos, que ella ya era una profesional y tenía que estar con alguien a su altura".
Los hombres maltratados no consideran jamás hacer la denuncia, pues llegar a ello los expondría a críticas y burlas. Ellos prefieren aguantar que convertirse en el hazme reír de amigos, compañeros y familiares. Cuando son los hijos quienes toman partido, la situación se complica, ya que el dolor y el maltrato los cobija a todos.
Marleny sostiene: "Mi mamá comenzó a salir con otra persona hace tiempo. Cuando papá se dio cuenta, le dijo que se fuera de la casa y que él le seguía pasando el mismo dinero para que no pasara trabajos. Seguramente ya estaba agotado de tanto irrespeto y mentiras".
Los hombres también requieren apoyo profesional, esa idea de que solo la ayuda es para las mujeres no es cierta. La salud mental y física es un derecho, no puede ser que estos imaginarios se conviertan en impedimento para tomar decisiones que le apuesten a hacer cambios de vida en los cuales se reflexione sobre las dependencias afectivas o las huellas emocionales que deja el maltrato.
Hay que fijarse en el daño que los actos de violencia originan en los hijos, en su calidad de vida, la autoestima, el autocuidado emocional, los valores personales y familiares, la toma de decisiones, el miedo a la soledad y la tolerancia a la frustración. Vivir con la pareja para recibir maltrato es escoger el purgatorio como opción de sufrimiento.
Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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