La ira es una emoción muy fuerte que puede ocasionar transformaciones maravillosas o generar múltiples desastres. La ira es como un motor que requiere control y cuidado, y para ello es importante saber qué sucesos desencadenan esta emoción, Pueden ser hechos pasados, tienen que ver con eventos guardados en la memoria, o quizás con frustraciones íntimas, o tal vez con otras personas… Algunos individuos reprimen la ira porque consideran que sentirla va en contra de sus creencias o principios, otros por el contrario le dan rienda suelta y no tienen la capacidad de autorregularse, ni les importa el daño que hacen, es más, jamás han pensado en ello, van por la vida ofendiendo, gritando, humillando, sin asomo de culpa, reparo o temor.

Existen otros seres humanos que a pesar de la ira o con ella, han aprendido a gestionar sus emociones y logran liberarse de lo que les perturba; es cierto que éste es un proceso que requiere de una gran dosis de voluntad para escudriñar el mundo interior y saber los motivos de la frustración y la ira. En algunas oportunidades la gente que siente tanta rabia, cree en su interior que su mundo está amenazado y ve enemigos en todas partes, es incapaz de fluir y de tener relaciones transparentes debido a los bloqueos internos que impiden tener un claro principio de realidad convirtiendo cualquier suceso en un obstáculo que a la vez aumenta la ira.

-¿Conoce usted a alguien con ira crónica? Esa persona además de ser infeliz y amargada, con su manera de ser, le hace la vida infeliz también a aquellos que tiene más cerca, vive cazando peleas y considera que a más ira, más poder tiene para ganar, se cree vencedora en combates en los cuales no se ha dado cuenta de que es ella la verdadera perdedora.

Estar atentos a cómo la ira carga de emociones negativas, es una de las tareas de la inteligencia emocional, hacer conciencia de estos momentos, permite conocer y entender cómo se reacciona ante ciertas situaciones; así mismo, se requiere aprender también a descargar las tensiones y para ello, se hace necesario tener claro que no es contra los demás, sino que la catarsis es una responsabilidad individual y personal.

En nuestro país la ira se resuelve a través de la agresión, el maltrato, el desprecio, los golpes, la invisibilización, los insultos, las ofensas, los ultrajes e inclusive la muerte, pero es claro que ninguna de estas opciones ayuda a rebajar la rabia, por el contrario genera venganzas y violencia social, familiar, de pareja, entre otros. Por otra parte no es fácil para ningún ser humano entender estas formas de expresión de la ira y la intolerancia.

La ira puede ir acompañada de depresión, ansiedad, de diferentes enfermedades físicas, o sufrimiento emocional, por lo tanto en aras a vivir mejor, es importante buscar apoyo; las personas con ira están paradas en unos falsos cimientos, como son un ego desmedido, orgullo, soberbia y el poder que cree tener cuando agrede, humilla y hace daño, cimientos pobres y endebles que muestran la verdadera situación emocional del dueño de la ira, por lo tanto, no es castigando a los demás como se resuelven los conflictos o desajustes emocionales.

Dice Daniel Goleman el autor del libro ‘Emociones destructivas’: “Los pensamientos son privados y las emociones son públicas”. Y es que las emociones se ven, se leen, se sienten. La forma como las expresamos es lo que queda en la memoria emocional de las demás personas con las que nos relacionamos y es frecuente encontrar gente con mucha ira y sin nada de vergüenza, que jamás se ha puesto en los zapatos de los otros. Aprender a gestionar la ira es toda una escuela, que requiere voluntad para observar respuestas, reacciones, silencios, palabras, conductas, emociones. No es adecuado pensar que es malo sentir ira, lo que no está bien es lo que se puede llegar a hacer cuando ésta se siente, como agredir a otros, crear conflictos, amenazar o inclusive abrirle la puerta a la venganza. Para gestionar la rabia, se puede: escribir lo que sucede, hacer ejercicio, bailar, pintar, tejer, sembrar, correr, leer, jugar, aprender a respirar, en fin, hay muchas opciones. Inténtelo.