Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Cuando sucede un suicidio, en general las familias se preguntan si tendrán la fortaleza para afrontar esta experiencia. La verdad es que para muchos de los sobrevivientes es comenzar a caminar por un camino tortuoso y lleno de peligros que aguardan el día a día.
Los parientes más cercanos sienten diversas emociones: confusión, desconcierto, rabia, desolación, negación, culpa. Una mamá, decía en un taller: -“Jamás pensé que mi hijo pudiera hacer algo tan doloroso. Cuando se ponía agresivo y amenazaba con quitarse la vida, yo siempre le decía que respetara y que más bien pensara en hacer algo provechoso para su vida”.
Las personas cercanas a esta experiencia deben, en primera instancia, tomar consciencia de lo que ha sucedido. Para ello es esencial hablar de cómo sienten tal acontecimiento. Hay que tener en cuenta que hay personas que quedan en una fase de aturdimiento, lo cual les impide tener cierto principio de realidad, reacción que también es una forma de adaptarse poco a poco a esta desafortunada experiencia que marca sus vidas dramáticamente.
Hay una gran diferencia entre vivir un duelo por suicidio, a hacerlo por otros dolores. Esto además tiene mucho que ver con la culpa y los señalamientos que otros hacen con respecto a los familiares o allegados a la persona que ha decidido terminar con su vida.
Hay sobrevivientes que deciden no salir de sus casas y se niegan a compartir espacios, inclusive, con personas cercanas. Sienten miedo a las preguntas, a las interpretaciones e incluso a la manera en la que pueda reaccionar cuando alguien aborda este tema. En algunas casas es prohibido nombrar la palabra suicidio y se deja de hablar de la persona fallecida.
En la casa de Juan, luego de sus exequias, el padre se reunió con el resto de la familia y prohibió de manera enfática y solemne que se hablara del hijo y hermano que se había suicidado. Estuvo atento por mucho tiempo a que todos cumplieran esta orden, llegando al extremo de que todo lo que perteneció al hijo fue sacado rápidamente de la casa.
Algunas tareas que deben realizarse con las familias, tienen que ver con ayudarles de manera rápida a expresar los sentimientos de rabia, impotencia y dolor. Hay que escuchar con atención las preguntas y generar espacios dónde la empatía permita la confianza suficiente para rebajar en lo posible el impacto emocional inicial. Es importante así mismo que las crisis sean atendidas oportunamente por un profesional y tener en cuenta que puede haber una seguidilla de recaídas las cuales, podrán exacerbar los síntomas de dolor e impotencia que ya se han presentado anteriormente.
Otra forma de apoyar va encaminada a hacer claridad en lo que tiene que ver con la culpa y las distorsiones que afloran como consecuencia de este acto; así como invitar a los dolientes a traer más a su memoria la vida compartida con el ser querido y menos el momento de la muerte y el cómo ésta ocurrió.
La experiencia del suicidio de alguien cercano aumenta los niveles de ansiedad, estrés y puede abrirle la puerta a una depresión, afectando de manera significativa la gestión de las emociones y la elaboración del duelo. Es necesario entonces, además de hacer un trabajo individual, convocar a la familia y allegados y realizar intervención grupal con el fin de evidenciar emociones y pensamientos de cada uno de los participantes e invitarlos a apoyarse mutuamente.
Transitar un duelo requiere inversión de tiempo, paciencia y amor incondicional. Hay acciones sencillas que permiten desahogarse y al mismo tiempo narrar los significados que este hecho ha ido tejiendo en la memoria de sus corazones. Tener un diario y escribir en él pensamientos e imágenes es sumamente beneficioso.
Existen quienes ilustran con pequeños dibujos lo que han escrito. Leer libros de literatura y poesía ayudan a tomar en algunos momentos cierta distancia de lo sucedido y por lo tanto es un buen recurso para descansar. Son importantes también los rituales con familiares y amigos en los cuales, los participantes recuerdan anécdotas de la vida compartida con el ser querido muerto y así entre todos, no solo evocar, sino además homenajear su memoria.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015