Fanny Bernal Orozco
LA PATRIA | MANIZALES

La tarea de cuidar a un ser querido enfermo, es ardua y en ocasiones extenuante, se requieren grandes dosis de paciencia y de generosidad, a fin de llevar a cabo todas las acciones que se necesitan para atender debidamente a la persona que está en cama, con dolores y muchas veces sin ninguna esperanza de mejoría.

Juan José, es el abuelo de tres adolescentes maravillosos que han sido su orgullo e ilusión. Ellos en su momento le devolvieron las ganas de reír y de vivir, con ellos aprendió a manejar el computador, el celular, él considera que ha sido un alumno excelente y en las horas de aprendizaje y de juego ha compartido muchas historias con sus nietos. Desde el año pasado está enfermo y se ha ido apagando poco a poco; su mirada, su risa y sus palabras ya no tienen la fuerza de otros momentos y esta experiencia dolorosa ha generado mucha desolación en su familia.

Su esposa compañera incondicional ha estado presente noche y día, en actitud alerta, temerosa y cansada; sus emociones danzan entre la esperanza y la derrota, comenta que quisiera tener con quien hablar de todas las ideas que se le vienen a la cabeza en las noches mientras cuida y acompaña. Sus cuatro hijos, cada uno está en su mundo, vienen de visita pero ella con el afán de no preocuparlos no expresa todo lo que bulle en su interior: El miedo a la muerte, a quedarse sola, a no saber cómo seguir sin él, de pronto se da cuenta de que lleva sola mucho tiempo y eso la entristece y conmueve más.

Cada ser humano se acerca a la muerte de manera diferente, los miedos son individuales, íntimos y en la mayoría de los casos, es un tema tabú, a veces al visitar un enfermo éste comenta que necesita tiempo para hablar con sus seres queridos de algunos asuntos que considera, están inconclusos pero le da temor que la familia se angustie más y ese no es su deseo.

La enfermedad y la muerte son momentos importantes en la historia de los seres humanos; el cuidado que se prodigue al enfermo no es solo para el dolor físico, hay que procurar que sus dudas sean atendidas de manera adecuada, al igual que las emociones que le perturban, y por sobre todo, brindar apoyo espiritual.

Pero además de cuidar al enfermo, hay que atender al cuidador; ese ser que está ahí y que se ha responsabilizado de suministrar los medicamentos, que hace masajes, que trae los alimentos, que está pendiente de la higiene, de hablar con los profesionales, en muchas oportunidades deja de hacer su vida para estar pendiente de manera incondicional en todo el proceso de la enfermedad. Esa persona requiere también de cuidados, de descanso, que pueda alternar la asistencia, el esmero y la atención, con otras actividades que le permitan oxigenar y recargarse de manera adecuada, para seguir con la tarea que está desempeñando.

Para ello, es necesario que los allegados se involucren de manera responsable, por esto es importante proponer una reunión en cualquiera de las visitas, para tratar el tema, con miras a sensibilizar a los demás miembros de la familia; indagar acerca de quiénes pueden apoyar y elaborar un cuadro con turnos y disponibilidad de cada uno, para proteger también la salud de la persona que acompaña y así rebajar su estrés, agotamiento, presión y carga emocional que está viviendo.

Para algunas personas la muerte es la experiencia más traumática de la vida, desde esta perspectiva, el aprender sobre ella permite aligerar el equipaje emocional que se va acumulando durante la vida. Hay algunos seres queridos que son muy importantes y necesarios para mantener una salud mental en equilibrio, sin embargo a la finitud llegamos todos sin distingo de ninguna clase.

Al cuidar todos aprenden, todos se pulen, tanto quien da bien y con amor, como quien recibe con humildad y gratitud. Es ésta una experiencia de doble vía, es como prepararse para un importante examen, en el que no hay títulos, pero en el cual se puede graduar simbólicamente con honores. 

-¿Alguna vez ha pensado, cómo le gustaría graduarse usted?

*Psicóloga

Profesora Titular Universidad de Manizales

fannybernalorozco@hotmail.com