Lo grato que resulta un alimento al paladar influye en nuestras preferencias alimentarias. Cuanto más placentero sea el alimento, mayor será nuestra ingesta, en ocasiones, por encima del apetito.
Según las investigaciones científicas, nuestros alimentos preferidos tienen rasgos en común, su irresistible sabor potencializado con tres ingredientes: sal, azúcar y grasa.
La tendencia a elegirlos es inherente al ser humano, ya que de ello ha dependido su supervivencia en otros momentos de la historia. Estos ingredientes, que en exceso resultan peligrosos para la salud, que abundan en nuestro entorno y que se presentan en una amplia variedad, influyen para incrementar nuestro riesgo de presentar sobrepeso y obesidad.
¿Por qué nos gustan tanto?
El placer de comer no solo está supeditado por la satisfacción que otorga cubrir una necesidad fisiológica vital. El proceso de regulación del hambre es todo, menos fácil. Sabemos que se modula mediante un mecanismo cerebral que controla el llamado equilibrio energético, dicho mecanismo se denomina regulación homeostática y pretende equiparar la energía que gastamos con la que ingerimos con los alimentos.
Existe una regulación homeostática a corto plazo, que también funciona a largo plazo y en ella participan diversas sustancias corporales (péptidos gastrointestinales, hormonas de los tejidos grasos del cuerpo y mecanismos centrales localizados en el hipotálamo). Sin embargo, ni la biología ni la química orgánica lo explican todo, pues en el control del apetito participan otras variables, además en la regulación de la energía también está implicada la regulación emocional, en la que participan factores emocionales y de motivación, y en la que influye de forma notable la palatabilidad de los alimentos.
Entre los más irresistibles los estudios señalan:
- Dulces y postres, chocolates, buñuelos, galletas, pasteles y helados, en especial de crema.
- Aperitivos salados: toda la variedad de papitas fritas o galletas saladas.
- Comidas rápidas entre ellas hamburgesas, pizzas, pollo frito o apanado.
- Bebidas azucaradas: gaseosas, té o café con dulce, batidos u otras bebidas con azúcar.
*Nutricionista Dietista Clínica
Universidad Nacional de Colombia
Educadora acreditada en Diabetes
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