Esteban Jaramillo Osorio

LA PATRIA | Bogotá

El Once Caldas intenta sin éxito abrir el camino hacia la clasificación a las finales. Aunque aún prematuro, por el largo recorrido que espera, lanzar un pronóstico con perspectivas, resulta arriesgado y sin fundamento.

No logra afianzarse en el campo de juego, el fútbol propuesto se ve dinámico en ocasiones, en otras reservado y soso, por la carencia de regularidad de los intérpretes.

El adiestrador, con nómina corta para armar un rompecabezas cada fecha, quiere un equipo activo y comprometido, pero no consigue consolidar su proyecto por la forzada improvisación de jugadores en posiciones ajenas a sus facultades. Le falta, de paso, ordenar algunas cosas, como aquella del domingo pasado ante Nacional, cuando asignó la marca de Rescaldani, jugador de 1.,91, a un juvenil casi 20 centímetros menor en estatura, para el pase gol del triunfo verde. Falla estratégica costosa.

En este año complicado por la escasa inversión en jugadores, con presentaciones inestables, el rigor del trabajo por parte de Torrente no ha disminuido y tampoco ha claudicado en sus convicciones, como otras veces se ha dicho. Valorada es su obsesiva confianza en sus futbolistas.

El presente se sigue con sigilo. Hay un mesurado protagonismo, con disposición atlética férrea, apoyado en la veteranía de algunos jugadores como Cuadrado, con sus atajadas; Hernández, Soto y Quintero, aún distantes de su ideal forma física los dos últimos, pero aportantes del pase preciso por su clara visión del juego.

Respecto a los anuncios sobre incorporaciones se debe ser muy reservado y cuidadoso a la hora de evaluar sus actuales condiciones. Vienen de largas paras en sus carreras, con inactividad en los últimos semestres, pero con pasado sobresaliente, especialmente los colombianos Montaño y Valencia, incluidos algunas veces en procesos de selección nacional. Su llegada se logra por ser agentes libres, sin inconveniente para firmar un contrato por seis meses, mientras recuperan la forma. Plataforma de relanzamiento que tiene riesgos.

Destacado

En este año complicado por la escasa inversión en jugadores, con presentaciones inestables, el rigor del trabajo por parte de Torrente no ha disminuido y tampoco ha claudicado en sus convicciones, como otras veces se ha dicho. Valorada es su obsesiva confianza en sus futbolistas.