Cuando en La Habana se habla de justicia transicional deben tenerse presente los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. En este orden deberá darse respuesta al señor procurador cuando solicita esclarecer la suerte de 2.760 desaparecidos, no es lógico que el proceso se adelante sin poner este asunto sobre la mesa: Todo el proceso está lleno de ese tipo de inconsistencias.

Lógico no es que, por ejemplo, que la Fiscalía creada por la Constitución de 1991, para "…investigar los delitos y acusar a los presuntos infractores ante los juzgados y tribunales competentes" (Art. 250), se dedique, todos los días y a todas horas a predicar que los narcotraficantes de las Farc, incluso los que han cometido delitos de lesa humanidad, no pagarán cárcel. O que en el alto gobierno, o en la comisión del gobierno para los diálogos de La Habana, ni siquiera se atrevan a proponer esa clase de pena. No lo es tampoco que el presidente pida que no sean extraditados, cuando es él quien debe cumplir con los tratados.

En este tinglado se han trocado los papeles, pues si así es, por qué no pedirles a las Farc se pongan en los pies del pueblo colombiano y admitan una pena privativa de la libertad, corta pero real.

No es lógico tampoco sustituir entrega de las armas por dejación, que es un término que incluso permite interpretarse como guardarlas, para usarlas después. Como no lo es, que no se determine el momento en el cual se cumplirá, en esta forma podrá darse una firma del acuerdo sin entrega de armas, pues tal acuerdo debe ser refrendado por el pueblo colombiano.

Qué tal la lógica del desminado. Las guerrillas las siembran para que el Ejército las levante. Dejar el territorio de la nación sin minas demorará diez años, podremos tener acuerdo, mientras, durante este tiempo, las minas sembradas por la guerrilla siguen agrediendo al pueblo colombiano.

No es lógico que para hablar de las víctimas de las Farc se incluyan las de otra clase de violencia, u otros victimarios, pues de esta manera se esconden, la verdad, la reparación e incluso la condición de victimarios. En esta confusión colabora la llamada memoria histórica de la violencia, como parte del acuerdo, pues no permite la individualización necesaria para hablar de verdad, justicia y reparación.

No es lógico el silencio sobre las rutas del narcotráfico y, especialmente, acerca de los bienes y dineros obtenidos con esta actividad, si los mantienen constituye un palmar lavado de activos. Ratificado con la afirmación de que el narcotráfico es un delito conexo al político. Según la nueva lógica nos tenemos que poner en los calzones de la guerrilla y aceptar que ellos tienen que tener sus propias fuentes de financiación, de esta manera aceptaremos también la extorsión y el secuestro y puesto que los chicos y chicas no se alistan voluntariamente se los lleven a la fuerza. (Como gesto de buena voluntad anuncian que solo reclutarán mayores de 17 años).

El regalo ya está casi listo, para adornarlo se dice, solo tendrán derecho a llegar al Congreso después de pagar la pena. La alternativa de trabajo social. A mí, ese regalo (léase sapo) se me atraganta.