LA PATRIA | Manizales
La ciencia es la tabla de salvación. En eso coinciden Juan Pablo Serna y Jimmy Alejandro Jiménez, el primero ingeniero de sistemas y el segundo ingeniero industrial. Ambos enseñan Megaciencia, materia incorporada el año pasado al colegio Santa Domingo Savio del barrio El Paraíso, vulnerable a la drogadicción, pandillismo, fronteras invisibles, familias disfuncionales...
*Juan Pablo Serna: “En el 2014 llegué al colegio como docente de sistemas. Con el rector de la época, Alfredo López, ideamos un proyecto que involucrara a las familias. Teníamos claras las dificultades sociales, pero queríamos hacer algo que impactara en el plan de vida de los alumnos. Fue cuando pensamos con el profesor Jimmy, que daba física, en irnos por la enseñanza de la robótica (diseño y construcción de máquinas) y la domótica (automotización de viviendas)”.
La iniciativa empezó a calar en la institución hasta el punto que derivó en la Primera Feria de la Ciencia y la Tecnología. La motivación quedó plasmada en 70 proyectos, en un colegio de 410 estudiantes. En las aulas, patio y pasillos se volvió común hablar en términos de censores, baterías, conexiones, tarjetas, tornillos, brazos mecánicos, inteligencia artificial...
Jimmy Alejandro Gutiérrez: “Nos ocurrió algo muy importante. Parquesoft se interesó en nuestro trabajo. Nos llevaron al Canal de televisión UNE, en donde exhibimos un carrito a control remoto manejado por bluetooth desde un celular.
En un convenio con el mismo Parquesoft nos invitaron a la Feria Nacional de Robótica en Medellín. Allí presentamos dos prototipos: un carrito cargado de pimpones que seguía una ruta establecida por los organizadores y otro carrito apagallamas. Quedamos cuartos y nos ganamos un cupo al Robo-Rave Internacional en Albuquerque en Nuevo México (Estados Unidos). Hicimos la gestión, pero por falta de recurso no pudimos ir”.
Los profesores, alumnos y padres están jugados por el proyecto. Para viajar a Medellín, por ejemplo, financiaron el 50 por ciento de los gastos.
Rifaron dos pollos, tocaron las puertas de las casas y tiendas vecinas. La plata alcanzó para llevar a seis estudiantes.
El 2015 llegó con la novedad de Megaciencia, área incluida en el plan de estudios de la institución para los grados de tercero a undécimo. Comprende asignaturas como robótica, domótica y nanotecnología, esta última desechada al final por falta de recursos, pues exigía equipos de alto costo, sobre todo de salud.
Ese año el colegio asignó $5 millones con los que compraron dos kits innobot, con elementos para competencias. Sin embargo, en una caja de cartón en la sala de profesores guardan elementos de su naciente laboratorio.
Angélica Córdoba, rectora encargada desde octubre pasado: “Llegué en plena Segunda Feria de la Ciencia. En la calle escuchaba cosas que estigmatizaban al colegio. Me sorprendió ver al plantel con todo su talento reunido en este proyecto de ciencia. Un niño me dijo: 'Estoy triste'. Le pregunté por qué. Me respondió que porque yo miré todos los proyectos, menos el de él, que consistía en botellas con líquido que generaban sonido al soplar. Ver a ese pequeño, encantado con su proyecto, me enamoró más de lo que hacen aquí. Entonces dije qué hay que hacer, y nos pusimos a gestionar”.
La gestión a la que se refiere tiene que ver con el viaje a Albuquerque, pues el colegio ganó de nuevo en Medellín el derecho para estar en agosto en el Robo-Rave Internacional. El cupo lo conquistaron los seis estudiantes que lograron el octavo lugar en la capital de Antioquia en el 2015.
“Yo me llamo Steven Gallego López, tengo 11 años y estoy en séptimo... Cuando empezamos clases me gustó más la robótica y en el otro colegio donde estudiaba no veíamos eso ni tampoco física-química y otras materias nuevas. El profesor me seleccionó para este grupo porque participo mucho y no lo dejamos descansar preguntándole lo que necesitamos para construir una mano que ayude a las personas discapacitadas físicas...”.
Los profesores Yimmy y Juan Pablo notan los cambios en los alumnos. Aseguran que algunos que ni siquiera llevaban cuadernos ahora viven ocupados en sus proyectos. Inclusoalgunos trabajan en construcción para ganar plata y comprar los materiales requeridos.
Cristian Gallego, de 13 años y grado noveno: “Lo que más me llama la atención del colegio es la robótica y el inglés. Me siento feliz porque nos dictan materias que en otros colegios no.Tengo una gran habilidad para armar el cubo rubik en menos de dos minutos. Mi profesor Jimmy Alejandro me enseñó con algoritmos que desarrollan la lógica”.
Las clases de robótica y domótica en el Santo Domingo Savio buscan, entre otros aspectos:
* Mejorar los resultados en matemáticas, ciencias naturales y lenguaje.
* Transformar la visión del mundo de los estudiantes, quienes antes del proyecto solo miraban lo común de su cultura cotidiana y sus aspiraciones eran limitadas.
* Potencia el desarrollo de competencias sociales, comunicativas e intelectuales de los alumnos, así como la satisfacción de sus familias.
*Sebastián Álvarez, de 12 años y grado séptimo: “Somos cinco hermanos y mi mamá es la que se encarga de todo... Este viaje (a Albuquerque) es una gran oportunidad porque quiero ser ingeniero civil y mi hermana siempre ha querido que yo estudie electrónica y robótica y está feliz porque yo voy a cumplir un sueño que era de ella...”
La competencia en Estados Unidos está a la vuelta de la esquina, pues es en mayo. Y la rectora, apoyada por Albeiro, presidente de la Asociación de padres, sigue abriendo opciones de patrocinio para el viaje. “Abrimos la cuenta Banco Colpatria número 9712014387”, comenta. Agrega que el camino también los llevó a los políticos y ya cuentan con el apoyo del representante conservador a la Cámara por Caldas, Arturo Yepes. Todos ponen.
*Mónica Tatiana Vera, de décimo: “...Cuando Jimmy explicaba robótica no le ponía cuidado... A mitad de año comencé a ponerle atención y me gané el viaje a Medellín. Nos tocó poner plata, hicimos una rifa de dos pollos y nos alcanzó el dinero. En Medellín hicimos muchos amigos de otros países, intercambiamos monedas, fue una experiencia deliciosa y enriquecedora...”.
El colegio del barrio El Paraíso, uno de los 54 de una ciudad con 52 mil estudiantes, educa cada día a niños y jóvenes del sector, además a los que llegan de los barrios Bajo Andes, Nevado, Alférez Real, Panamericana. Su gran sueño es trascender en Megaciencia en bien de la comunidad.
*Alejandra Buriticá, de séptimo: “Veo que en robótica se pueden inventar cosas para ayudar a los seres humanos. Es maravilloso poder servir a otros a través de la ciencia”.
En el Santo Domingo Savio, los educadores y directivos perciben avances en el trabajo en equipo y colaborativo. En un escrito comentan que el viaje a Albuquerque ha generado una mezcla de sentimientos y emociones que trascienden su vida personal y llegan a las familias y a la comunidad que comienza a ponerse la camiseta de su colegio, de un renacer, de aires de paz, de presentes y futuros científicos que sueñan con ayudar a otros con prototipos inteligentes como ellos los son.
*María Isabel Galvis, noveno: “... Vivo en Villamaría en una finca, en donde hay riesgos para mi integridad porque debo atravesar ríos. Aunque corro peligro, voy feliz a mi colegio, en donde la robótica definió para mí una orientación hacia elaprendizaje... Quiero salir adelante por mi bebé, mi papá y mi mamá que siempre me han apoyado...”.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015