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Una piscina de un balneario puede contener cerca de 30 litros de orina, según un estudio de científicos de la Universidad de Alberta en Canadá.
Ellos encontraron que una piscina de 416 mil 395 litros, es decir, de unos 20 metros de largo por 10 de ancho y 2 de profundidad puede contener esta cantidad de orina.
La idea de que un anillo de tinta aparezca alrededor de quien orine en una piscina es un mito. Hasta ahora no se conocía ningún método para estimar la cantidad de orina disuelta en el agua de una piscina.
Edulcorante, la clave
El equipo liderado por el investigador Xing-Fang rastreó durante tres semanas los niveles del edulcorante en 250 muestras de agua de 23 piscinas y ocho jacuzzis, y 90 muestras de agua de grifo limpia utilizada para llenar esas piscinas.
Tras varios análisis, el equipo de Li encontró un compuesto que sirve de marcador de la presencia de la orina: el acesulfamo-K o de potasio (ACE), comercializado como Sunett y Sweet One, y desarrollaron una técnica para identificarlo en el agua.
Es un edulcorante y aditivo artificial utilizado en alimentos procesados como chicles, gaseosas, postres, entre otros productos industriales. Esta sustancia pasa por el tracto digestivo y se libera a través de la orina.
Los resultados mostraron que la concentración de ACE en las piscinas y jacuzzis varió entre 30 y 7 mil 110 nanogramos por litro de agua. “Lo que supone hasta 570 veces más que los niveles encontrados en las muestras de agua del grifo”, según señalan los autores.
Al calcular, los investigadores llegaron a la cifra de 30 litros de orina en una piscina promedio.
Infecciones
Diversos estudios revelados por la Agencia de Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) indican que si bien la orina es estéril, algunos de su componentes como la urea, el amoníaco y la creatinina reaccionan con componentes de desinfectantes, como el cloro, y pueden provocar irritación en la piel, los ojos y las vías respiratorias.
“Los científicos buscaron una forma de estimar cuánta orina contiene una piscina concreta, un dato que también servirá para concientizar a sus usuarios y educarlos sobre la importancia de las prácticas de higiene durante el baño y la natación”, precisa la Agencia.
Mientras que la mayoría de la gente, más allá de la niñez temprana, no admitiría usar una piscina como baño público, los resultados no sorprenden. En una encuesta anónima, citada en el 2012 en la Revista Internacional de Investigación y Educación Acuática de Estados Unidos, el 19% de los adultos admitió haber orinado en una piscina al menos una vez.
Los medallistas
En el 2012, durante los Juegos Olímpicos de Londres, el nadador olímpico estadounidense Ryan Lochte dijo en una entrevista radial que siempre orinaban en las piscinas. “No durante una carrera, pero definitivamente sí que lo hice durante el calentamiento”. Justificó este comportamiento: “Hay algo en el agua con cloro que hace que automáticamente te dejes llevar”.
Su compañero, el atleta con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos, Michael Phelps, sostuvo ese mismo año al diario Wall Street Journal: "Creo que todos el mundo orina en la piscina. Es algo normal para los nadadores. Cuando estamos en el agua durante dos horas no salimos afuera para orinar. El cloro lo disuelve así que no es tan malo".
* Con información de www.20minutos.es
Jacuzzis
Según el estudio, la situación es peor en los jacuzzis. En todos los casos analizados se detectaron muestras de orina en esos espacios reducidos en el que no entran más de cinco personas. En el de un hotel en el que se realizaron mediciones, se encontró una concentración de Acesulfamo-k tres veces superior a la de las piscinas mencionadas.
Los resultados de la investigación en Canadá los publicaron en la revista Environmental Science & Technology Letters de la American Chemical Society.
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