Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
La Dorada tiene 35 rutas escolares, 6 en canoas por el río Magdalena. Al mediodía y bajo 40 grados, vamos en una que lleva a 13 estudiantes de la vereda El Purnio. Sentados con sus morrales y chalecos flotadores regresan a sus rancherías. Luego de un día de clasesvuelven Kener, Bryan, Kirk Douglas, Brean, Viviana, Katherine, Gerson, Estefany, Dayana, Casandra, Solín Osama, Lilian y Rutdally.
La barca, con su motor a gasolina, dos tiempos y 40 caballos de fuerza, ruge para anunciar su nuevo desafío a las corrientes de la quebrada Purnio y a las de un caño de aguas negras, antes de entrar al Magdalena. En el cauce, con 400 metros de ancho, navega diminuta.Orgullosa de su labor ondea el amarillo, azul y rojo patrios.
En una punta de la canoamotor está Lorenzo. Tostado de años y años de sol, se envalentona ante las aguas y su mano izquierda se aferra a la palanca doble uso (dirección y acelerador). Al otro lado está su hijo Eduard, que con un remo se apresta para esquivar los bancos de arena o para alejar el bote de las orillas.
Es la hora de volver a las chozas, luego de la jornada matinal de estudios en la Institución Educativa El Purnio, donde el calor de 38 grados a la sombra puede sobrepasar los límites, pues allí respiran casi 350 almas en una sede con capacidad para 200.
Solín Osama y su amigo Gerson, ambos de séptimo grado, salen disparados al terminar las clases. Sus pasos rápidos, por un camino angosto adornado de pastos, payandés y dormilones gigantes, los conducen al embarcadero. Su afán: sentir la brisa que genera el transporte escolar cuando alcanza los 40 kilómetros por hora en un tramo de la autopista acuática más larga de Colombia. "Es lo mejor de la ruta escolar", dicen los niños de 12 años.
Aguas arriba y aguas abajo las noticias van y vienen por radio bemba (boca a boca). ¿Cómo va la subienda? Es la pregunta que salta de la canoa estudiantil a una canoa pesquera. "Este año hay muy poco pescado, el Niño es el culpable, pues el río no está revuelto", responden los pescadores.
El recorrido para volver a casa, de donde salieron a las 5:00 de la mañana para llegar a las 6:00 a las aulas, trascurre entre aguas mansas, remolinos, restos deárboles gigantes que sobresalen como trozos de extremidades de dinosaurios, y una muestra avícola de garzas, patos silvestres, gaviotas y cormoranes negros.
La canoa gira a la izquierda, saliendo de la quebrada Purnio, y comienza su zig zag, en descenso y en subida,para entregar puerta a puerta, o más bien bohío por bohío, a los 13 hijos de pescadores que se ganan el sustento sacando nicuros, bagres, capases, mueludas, blanquillos, solo para nombrar algunas de las 290 especies del río.
La embarcación lleva y recoge a los alumnos en la quebrada El Purnio, afluente del Magdalena.
Por parajes del gran Magdalenas avanza el transporte escolar. Son seis rutas en La Dorada.
Recorridos
En Purnio son dos rutas fluviales para alumnos y en el resto de La Dorada hay otras cuatro. Son 78 niños y adolescentes que antes del salir el sol están embarcados en su sueño de estar en los salones para llegar a ser ingenieros, arquitectos, profesores, militares...
En las tardes, bajo los almendros, duermen la siesta, de la cual despiertan para hacer tareas y ayudar en faenas domésticas y ribereñas.
El barquero
El viento pasa raudo, también pasa el agua teñida de café, color alimentado principalmente por el contaminado río Bogotá. También pasa la Concentida(sic) acariciando con su lámina parte del gran río, que como un cordón gigante une al centro del país con el Caribe luego de recorrer 1.540 kilómetros.
El amo de la embarcación es Lorenzo Góngora. A las 4:30 de la mañana está bañado, vestido y listo. A las 5:00 va en su canoa de motor Yamaha, impulsada porcuatro aletas de hierro colado que rompen la fuerza del descomunal cauce.
Lleva 11 años transportando escolares y en sus batallas, como hombre de río, hace evocar a Pedro Albundía, el temible capitán de la Piragua de Guillermo Cubillos, ese comerciante de Chía que llegó al Banco viejo puerto para ir a las playas de amor en Chimichagua, al decir de la canción de José Barros.
Canta Gabriel Romero: "Capoteando el vendaval se estremecía e impasible desafiaba la tormenta y un ejército de estrellas la seguía tachonándola de luz y de leyenda...". Así, en noche de lluvia e inundaciones en La Dorada, Lorenzo lleva su barca por resquicios y pedazos de madera que a cada rato amenazan con romper el motor y voltear la embarcación.
Dice: "Este río lo conozco como la palma de mi mano. Sé si el nivel está bajo y si alto, es más, no necesito luz para ver en donde está cada curva".
Su pasado está aguas abajo, en el Tolima grande. Allí nació, allí fue cultivador de frijol, ajonjolí, y maíz, de allí mismo lo expulsó la avalancha del Nevado del Ruiz, el día en que el volcán Arenas estremeció la tierra, estremeció Armero y estremeció de dolor a Colombia. El abrazo mortal del lodo de aquella noche se llevó a su padre, dos hermanos, una tía y no recuerda a cuántos sobrinos.
La familia vendió la finca, y los 11 hijos sobrevivientes, de 13, se repartieron por Colombia. Lorenzo llegó al barrio La Concordia de La Dorada. Vio a sus hermanos tirando anzuelos y atarrayas. Se volvió pescador.
Tiene claro que cualquiera no puede ser transportador fluvial, pues además de experiencia las autoridadesexigen licencia de conducción activa, rut, tarjeta de propiedad del vehículo, revisión tecno-mecánica, Seguro Obligatorio (Soat) y de responsabilidad social.
Hoy es pescador de alumnos. Sin ellos no tiene trabajo, con ellos se asegura el sustento. "Mi trabajo es de mucha responsabilidad. Una canoa de estas necesita más seguridad que un carro, por eso nos exigen más,pero me siento feliz llevando estudiantes".
Lorenzo va orgulloso al mando de su canoa escolar.
Viviana Moreno
"Con Lorenzo se viaja muy seguro. Nos sentimos tranquilos y alegres de poder estudiar y salir adelante".
Recursivos
Lorenzo y los 13 estudiantes se ven desde el primer día de clases. La Dorada está en el exclusivo grupo decinco municipios de Caldas, entre 27, donde el transporte escolar navega a partir del comienzo escolar.Los otros son Filadelfia, Manzanares, Viterbo y Marulanda.
En el puerto caldense está claro que si no contratan canoas, decenas de niños y jóvenes se quedan sin clases. Cada año es un dolor de cabeza, y si no que lo digan los padres de familia, y los mismos alumnos, de los 24 municipios restantes que al comenzar el 19 de enero, cuando se inició el calendario, no contaban concarros que los llevaran de las veredas a las zonas urbanas. Todo por la demora en la contratación.
En La Dorada la actual alcaldía de Erwin Arias se inventó un sistema que sin pensarlo dos veces debería estar en el escritorio, cada comienzo de año, del gobernador y todos los alcaldes.
El 014 es el número clave que permite asegurar que tanto los niños que van en canoas como los que se desplazan en busetas y camionetas arranquen elcalendario con servicio de transporte. El 014 corresponde al acuerdo municipal del 16 de julio del 2012, con el cual, entre otras cosas, se permite entregar subsidios, además de contratar con empresas que es lo normal, para que los padres de familia sean protagonistas en el beneficio para sus hijos.
"Cada que empieza el año sacamos una resolución para asegurar la medida que favorece a los 848 alumnos que necesitan ser transportados a sus escuelas y colegios", dice Frank Yimmy, auxiliar administrativo del municipio.
Así los padres, al recibir un subsidio, se convierten en protagonistas. Primero: se comprometen con que sus hijos estudien. Segundo: contratan al transportador. Y tercero: autorizan los pagos al transportador. Este procedimiento parece una copia en miniatura de una Ley antitrámites, con la efectividad de que a los niños los llevan y los traen a sus lugares de estudio.
Ana Agudelo
"Luchamos mucho para que nuestros hijos tuvieran transporte por el río y lo logramos. Ojalá cada vez sea mejor, que siempre puedan llegar seguros y a tiempo a clases".
La llegada
La Concentida (sic) sigue su itinerario de lado a lado, seancla al frente de una ranchería en la margen izquierda,La Dorada, y después lo hace en la margen derecha, Puerto Salgar (Cundinamarca), siempre a 178 m.s.n.m., lo que asegura una temperatura infernal.
Bayer, Paster y Zeus con sus ladridos alertan a quienes reposan en los chinchorros sobre la llegada de los hermanos Moreno. Los cuatro salen de la canoa, se despiden de Lorenzo y ascienden por un barranco. El motor se enciende de nuevo y la canoa continúa su ruta, mientras un martín pescador sobrevuela la zona de posible pesca, y dos hombres jalan una red desde un bote.
Son ocho paradas, durante una hora, por este río que para los ribereños es su calle sin semáforos, sin guardas, sin almacenes, pero con una naturaleza que sabiamente les avisa sobre los riesgos, y una tienda que corre de sur a norte ofreciéndoles comida y trabajo.
La bienvenida, luego del colegio y la doble travesía para el río es en cada ranchería para Rutdally y sus otros compañeros de vieja escolar.
Fotos Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
11120293 es la placa de la Concentida (sic) y a la vez el sello de la canoa de motor que viaja cada día por el río Magdalena llena de estudiantes, llena de ilusiones.
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