Sin luces para el Niño Jesús en las alturas a 3.500 metros en el Nevado del Ruiz

Óscar Veiman Mejía

LA PATRIA | Manizales

El Niño Jesús de esta historia nacerá hoy en la oscuridad. Es diciembre del año 2013 de nuestra era y a la finca La Romelia, en el Nevado del Ruiz, no ha llegado la energía eléctrica. Igual, los Medina se reúnen con los vecinos, llegados de inmediaciones de la hermosa Laguna Negra, para el segundo día de Novena. Don Carlos Medina prende la linterna e ilumina el texto que lee Luzdey Mejía: "Benignísimo Dios de infinita caridad que tanto amasteis a los hombres...".

La finca forma parte de un paraje de la parte alta de Villamaría, en el serpenteante límite Caldas-Tolima, que a la luz del día es una postal con cadenas de cerros entreverados que circundan el Nevado, en un paisaje verde y blanco a 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar.

El chorro de luz de la linterna pega en el texto de la Novena de Navidad. Los habitantes de un sector del Parque de Los Nevados, en jurisdicción de Villamaría, sueñan con energía eléctrica. Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA

En el corredor de la familia del páramo están don Carlos, Marleny, su hijo y otras ocho personas. Son las 6:20 de la tarde y a la penumbra le sigue un manto de neblina que termina por cerrar tempranamente el día. "El Verbo Eterno está a punto de tomar su naturaleza creada en la santa casa de Nazaret, en donde moraban María y José...", dice Yhorlady Ríos, quien ahora lee por Luzdey, siempre acompañada por el chorro amarillo de la linterna.

El frío penetra y el cuerpo hiela de pies a cabeza. La sensación es de contraste a 32 kilómetros de Manizales, ciudad que se ve brillar desde lo alto de la montaña con sus hogares y calles iluminadas. En la finca La Romelia solo hay velas y cinco bombillitos de carro, a base de una planta solar, que tenuemente alumbran tres horas cuando más. Un árbol amarrado a una viga adorna con sus guirnaldas.

Yhorlady, quien llegó con su esposo hace siete meses a aquellas extensas soledades, donde brotan deliciosamente la leche y la papa, continúa: "¡Oh Santísimo José!, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios...".

Los pobladores de esta franja del Parque Natural Nacional Los Nevados están entre el 0,43% que según la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec), del grupo EPM, no cuenta con energía en este departamento y en Risaralda, considerada la segunda zona con mayor cobertura y electrificación en Colombia.

La meta en el 2014, según la Chec, es pasar del 99,57% al 99, 71%, lo que es visto también como un gran porcentaje, si se tiene en cuenta que en el mundo hay dos mil 200 millones de personas sin el servicio.

Felices

El plato para los invitados: arroz con leche pura de páramo.

Antes de continuar hay algo que se debe dejar claro: los habitantes de esta región son felices, no reprochan vivir lejos de la llamada civilización, por el contrario los motiva convivir con vientos cargados de tranquilidad y esperanza.

De todas maneras, en su lista de peticiones al Niño Dios, luego de la salud, que piden los adultos, y de los juguetes, con los que sueñan los niños, está la luz.

La Novena sigue alumbrada por la linterna, un bombillito y una vela que permite ver el establo, dos franjas de pasto con ovejas, una casa y los tres reyes magos del pesebre, puestos sobre lo que fue un escritorio de madera.

Yhorlady acerca la mirada al texto: "¡Oh dulcísima madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que aguardasteis Vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad".

En La Romelia y otras fincas como San Carlos, La Costeña y La Costeñita, en total 12, no hay televisor, licuadora, nevera. "Aquí planchamos la ropa con la mano", comenta Marleny Trujillo, anfitriona en la acogedora y humilde velada.

Ingenio

La casa de los Medina poco antes de llegar al noche a 3:500 m.s.n.m.

Los habitantes de estas viviendas de techo bajo y fogones de leña alimentados con matas secas de chilca, se las ingenian para tener algo de corriente, en un esfuerzo por desatrazarse de los tiempos, más exactamente en 133 años que se cumplen de la bombilla comercialmente viable, inventada por el estadounidense Thomas Alva Edison.

A la planta solar, quién nadie sabe cómo llegó al techo de la casa, se suma una batería de carro con la cual cargan los celulares. Hay una caneca aferrada al fogón con tuberías para que el baño de cada día sea soportable, en una zona donde siempre en la madrugada se está bajo cero.

Son las 6:30 y todos en silencio escuchan la voz femenina: "¡Oh sapiencia suma del Dios Soberano, que al nivel de un niño te hayas rebajado! ¡Oh divino infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!".

Cuidar fincas, ordeñar y cultivar papa es a lo que se dedican familias, que en su mayoría han recorrido por años estas latitudes, huyendo del desempleo y otros males de las zonas urbanas. Y a su lado, con luz o sin ella, siempre un amigo fiel: el radio, en este caso un Sony. "Por aquí se cogen más emisoras de Bogotá, de Manizales se cogen La Cariñosa y Olímpica. El par de pilas valen $2.700 y duran dos o tres meses", dice Marleny.

Llegando

Poco a poco los vecinos de Carlos Medina y Marleny Trujillo llegan na la sala para rezarle al Niño Jesús.

El milagro de la luz ya se hizo en las fincas y sectores de La Laguna, Santa Inés, El Arbolito, El Triunfo, La Quiebra, San Joaquín, San Isidro, Agua Caliente, El Nieto...

Diego Fernando Ospina vive a unos 100 metros del río Lagunilla, por donde bajó la avalancha de la trágica noche de noviembre de 1985 que acabó con Armero, por la erupción del volcán del Ruiz.

"He sido agregado en varias fincas, en Murillo (Tolima) y ahora por acá. En unas con luz y en otras no. Tener luz es muy cómodo, antes me tocaba ir a cargar el celular donde vecinos, no se tenía televisor, todo era muy complicado".

Son las 7:00 de la noche y los asistentes a la Novena ya piensan en las siete cobijas que los arroparán. Al lado del pesebre Yhorlady evoca: "¡Oh lumbre de Oriente, Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos!".

Carlos, administrador de La Romelia, recuerda sus tiempos en la finca San Carlos, en la misma zona. Allí podíamos ver televisión, hacer jugos, era muy distinto. Ahora, mejor vendí el televisor y guardé la licuadora".

La Novena en esta casa, a la cual se entra por una trocha tras dejar la vía central al Nevado del Ruiz, va llegando a su final. Todos entonan: "Los pastores de Belén vienen a adorar el niño; la Virgen y San José los reciben con cariño...", y rematan con "A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea...".

En la finca La Romelia se apagan la linterna, la vela y la lucesita de carro. Son las 7:10 y algunos como Luzdey sienten que están trasnochando. La niebla oculta la luna llena y todo queda igual, como ha ocurrido eternamente en estos rincones oscuros y olvidados de campesinos caldenses y tolimenses.

Complicado y costoso

Martha Libia Castaño, subgerente de transmisión y distribución de la Chec, dice que tienen solicitud de 12 viviendas del sector de Laguna Negra para el servicio de energía.

Ella explica: "La situación tiene que ver con costos. El valor por conexión de energía en promedio para cada casa en Laguna Negra es de $12 millones, es decir es muy alto, más lo del mantenimiento y el personal". El promedio supera casi en el doble el precio de lo que se invierte en zonas rurales. "Por ejemplo, hay un caso en el que nos costaría $25 millones", complementa Castaño.

Dice que de todas maneras la Chec conserva a estas familias en una base de datos, por si en algún momento se dan las condiciones. Agrega que en total entre Caldas y Risaralda faltan 600 familias para recibir el servicio.