VALERIA VILLEGAS
LA PATRIA | CHINCHINÁ
Alfonso Bedoya es habitante de la vereda kilómetro 35 de Palestina, ubicada por la carrilera del Tren de Occidente. Como él, varios vecinos guardan las facturas de alumbrado público, que les llega bimestralmente a su casa desde el año pasado, con la ilusión de que muy pronto les solucionen el inconveniente y les den el servicio.
No solo tienen que pagar una tarifa entre mil y $10 mil, sino que caminar en la oscuridad de noche se vuelve complicado debido a la necesidad del alumbrado.
“Alguna vez nos dijeron que nosotros nos beneficiábamos del alumbrado del corregimiento o la carretera, pero yo le dije: si no traemos una vela no podemos volver a la casa”, aseguró Bedoya, pues la única lámpara que existe en el trayecto está ubicada al frente de la Institución Educativa Santágueda sede Fátima.
Por eso muchos se preguntan, ¿hasta cuándo debemos pagar por algo que no existe? o ¿por qué algunos pagan y otros no?
El contrato se firmó en el 2011 con la empresa Venus Ingeniería de Software de Manizales, ahora se llama Servicios Especiales. Siendo el responsable del convenio que durará los próximos 15 años el alcalde encargado en esa época, Víctor Julián Ramírez Betancurt y aprobado por el Concejo, no se tiene una respuesta clara de ninguna de las dos partes.
Ante la necesidad y búsqueda de respuestas, los vecinos se reunieron para elaborar un derecho de petición con la asesoría de la Personería de Manizales, que según Alfonso nunca se lo respondieron.
Este problema no es solo de este caserío. Los habitantes de las veredas de Chinchiná, Marsella y las otras de Palestina que están al borde del río también tienen que pagar por este servicio.
Respuestas
La Alcaldía de Palestina y el Concejo no se ponen de acuerdo para definir quién es el causante de que en el momento comunidades estén pagando por un servicio que no existe. El alcalde de Palestina, Carlos Alberto Piedrahita, aseguró que en la pasada presidencia del Concejo, a cargo de Iván Muñoz Cárdenas, no se avanzó en favor de la comunidad, porque no tuvieron en cuenta las tres peticiones que envió el mandatario.
“El alumbrado público no se debe cobrar a la gente pobre, y si se cobra que sea una tarifa muy pequeña. El Concejo dice que es facultad de ellos y yo como alcalde me quedo amarrado y no puedo hacer nada”, dijo Piedrahita.
Por su parte, el actual presidente del Concejo, Wilmar Saraza, afirmó que en las pasadas administraciones no se cobraba este servicio en las veredas, pero el actual alcalde por cumplir la ley que dice que todas las personas deben pagar alumbrado público, empezó a cobrar un valor que no tiene un costo establecido.
Saraza puntualiza en que se tiene un proyecto que beneficiaría a las personas que viven cerca de la ladera de los ríos, pero afectaría a otras. “Para equilibrar, a los establecimientos comerciales que se lucran se les subiría el valor de los servicios públicos”.
La solución del Concejo sigue en un proyecto que se discutió el año pasado, pero que hoy en día no se ha vuelto a mencionar, pues como expresa Saraza si desagregan a unos, los perjudicados le echarían la culpa al Concejo.
Por lo pronto, mientras los ediles toman una decisión que no perjudique a nadie, los habitantes de la vereda kilómetro 35 siguen pensando cuánto será el valor de la factura en los años siguientes.
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