Óscar Veiman Mejía
LA PATRIA | Manizales
La vida de Carlos Alberto Sánchez y y su esposa, Luz Elena Gómez, ha pasado de finca en finca. En Valle, Risaralda y Caldas se han ganado la vida ordeñando, cogiendo café, cuidando tierras. En medio de ese trajín el 19 de marzo del 2000 les llegó lo que ellos consideran su mayor alegría. Laura Tatiana.
"En esa época vivíamos en una finca de La Merced y la niña nació en Filadelfia", recuerda el señor. Su esposa agrega: "Pronto nos dimos cuenta que tenía un problema en las piernas".
La ruta para los Sánchez Gómez continuó por Alcalá (Valle), zona rural de Pereira y desde hace cinco años por la vereda Morro Azul en Neira. "La gente nos ha apoyado mucho con la niña", comenta el señor.
Laura Tatiana crecía y la preocupación de los padres también. Ella sufre una malformación que le impide el desarrollo de las rodillas hacia abajo y por ende se le dificulta caminar.
La señora indica que en algunas partes el obstáculo ha sido porque en la escuela no tenían condiciones para la pequeña o el transporte era muy complicado. "Mucha gente nos decía que para qué la poníamos a estudiar si en Manizales hay cantidad de profesionales sin trabajo. Pero nosotros queremos que ella estudie para que salga adelante".
Imágenes
El caso de la estudiante lo llevaron a Teletón. La niña expuso ante los colombianos su caso, luego de viajar en avión a Bogotá. "Felipe Arias (presentador de RCN) me regalo un computador portátil", dice orgullosa mientras muestra su video en el evento.
La mamá dice que Teletón les dio la oportunidad de llevar a la hija a terapias, a asistencia nutricional y psicológica, entre otras. "Lo complicado es que uno no tiene plata para viajar seguido a Manizales y no tenemos dónde quedarnos".
A medida que Laura siguió su crecimiento las cosas se pusieron más difíciles. La prótesis le empieza a quedar estrecha y por eso le talla. Fuera de eso, le diagnosticaron desviación de la columna, por lo cual sus padres aseguran que la deben operar. "Tenemos miedo que quede en silla de ruedas. Además, es una lucha para que nos entreguen el Insure que le recetaron como vitamina".
Edwin Valencia, director de Régimen subsidiado de Cafesalud, entidad a la que está afiliada Laura, responde que en la actualidad se adelanta el trámite para una intervención en miembros inferiores.
"La niña fue valorada el 26 de agosto en el Hospital Infantil y nos llegó la orden el 27. Hicimos la solicitud del material de Ortesis (aparato) a Bogotá. Una vez nos llegue se programará la operación".
Agrega que el resultado determinará el tipo de dispositivo que seguirá utilizando la paciente y que seguro será para corregir la desviación en la columna.
Sobre el Insure explica que es necesario que la familia se acerque a la sede de Cafesalud en Neira, a donde debe llevar una orden y la justificación médica del uso de este suplemento alimenticio.
En la localidad
La familia también espera mayor apoyo de las autoridades locales, ya que viven a dos horas de la zona urbana. "Cuando Laura termine noveno deberá estudiar en Neira, pues en su colegio no hay décimo y once", expresa la madre.
César Villa, secretario de Salud municipal de Neira, dice que la invitación es a los padres para que se acerquen a su despacho y comenten la situación con el fin de asesorarlos.
Agrega que es clave que se inscriban en la Asociación Municipal de Discapacidad. Además, con el Hogar de la Providencia le podemos ofrecer apoyo y terapias.
El camino para Laura Tatiana y su familia sigue de finca en finca, de esperanza en esperanza. "Pero, repito, para nosotros, así seamos pobres, lo importante es que estudie para que sea alguien en la vida".
Un día en la vida de Laura
1.
La vereda Morro Azul es una diminuta capital de las nubes en las 36.800 hectáreas que tiene Neira. La trocha rodeada de abismos es como una escalera inconclusa al cielo. Las cuatro familias que la habitan viven de cultivar café, plátano y hortalizas. Los dueños de las grandes propiedades de tierra se dedican al ganado. En una casa de bahareque bautizada La Moravia, decorada con frutales, vive la heroína de esta historia: Laura Tatiana Sánchez Gómez. Tiene 14 años y sufre de una enfermedad que le impide caminar por sus propios medios. Aun así, junto con su padre, Carlos Alberto Sánchez, y su madre, Luz Elena Gómez, los otros dos héroes de este escrito, han estado dispuestos -y seguirán- a superar cualquier barrera física o social para lograr el sueño de que ella siga sus estudios y sea una profesional.
2.
El primero en romper la oscuridad, inclusive mucho antes que el sol, es Carlos Alberto. El señor se levanta a las 4:00 de la mañana y enciende la luz de su cuarto. Se dirige al potrero a ordeñar la vaca, enlaza la yegua y la mula y finaliza alimentando cerdos, gallinas y pollos. Su premura tiene como propósito estar listo para cuando su hija Laura despierte. Le calienta el agua para el baño. Le pone las prótesis que dificilmente le permiten caminar. También le calza los tenis.
"Gracias a mis papás en un futuro voy a ser mejor".
3.
Lo siguiente es el comienzo de un viaje que dura cerca de una hora y media por subidas y bajadas, pasos estrechos y empedrados, donde reina la soledad, vestida de neblina y verde. El destino es el colegio de la vereda Pan de Azúcar, donde Laura cursa octavo grado. Don Carlos Alberto carga a su hija, avanza por el corredor, la niña le da un beso de despedida a su madre. En un barranco, de entrada a la vivienda, los esperan Princesa, la yegua; Celeste, la mula; Lucas, el perro negro, y Canela, la perrita. Emprenden una subida de media hora por un camino por el que apenas pasa la gente.
Laura: "Adoro a mi yegua Princesa, ella es mi transporte todos los días".
4.
La primera parada es en la escuela Santa Cecilia, cerrada por falta de estudiantes y donde Laura estudió cuarto y quinto. A los viajeros se suman los hermanos Álvaro Hernán Alzate, de sexto, y Luis Alejandro, de tercero, los otros estudiantes que tiene la zona.
Laura: "Estudio tres días a la semana y cuando me encuentro con Álvaro y Luis Alejandro ellos me acompañan hasta el colegio".
5.
Después de la escuela comienza un vertiginoso descenso por una carretera destapada, por la cual solo transitan los yips Willys y camionetas con doble tracción, al mando de conductores que tengan la pericia para enfrentar huecos, trayectos del ancho del mismo carro y puntos donde no se sabe si es vía o monte. Las fauces del precipicio, a un costado, siempre están abiertas. El estado de la carretera se compensa con el encanto de antiguas casas de dos pisos y corredores. Con las nubes jugueteando en los cerros, el río Tapias refrescando los pastos, los niños de primaria con la profesora... Por allí baja Laura, complementando el paisaje, con su trenza abundante y el destello de su moño rosado.
Laura: "Soy feliz, en mi casa, en mi vereda y en mi colegio".
6.
Pasa casi una hora y media y la caravana de Laura con su papá y los cuatro animales se aproxima a Pan de Azúcar. Un señor de un carro comenta, a manera de reconocimiento: "Ese señor si es el que voltea con esa niña". Los perros se adelantan, pues ya conocen el camino. En la escuela alguien anuncia: "Llegó Laura Tatiana". Es el final del trayecto, pero el comienzo de la solidaridad.
7.
El salón de clase de Laura Tatiana es en realidad un modelo de sociedad de amor y cero discriminación. Allí hay varios ángeles de carne y hueso. El primero en aparecer es Alexander Toro, de noveno. En tres movimientos muestra lo que es ser solidario. Primero con los brazos abiertos recibe a Laura al bajar del caballo. Segundo la lleva cargada por el patio y tercero la ubica en una silla en el baño. Allí se aparece el otro ángel, Alejandra Blandón, la mejor amiga de Laura. Le ayuda a ponerse el uniforme y las prótesis, después la acompaña hasta el pupitre del aula. Antes de llevar la yegua a un potrero, Alexander dice: "Sé que si yo tuviera el problema de Laura, también desearía que alguien me ayudara".
En la tarde comienza el regreso de Laura a casa. El camino es testigo del paso de una jinete que sueña, sin importar los tropiezos, con seguir estudiando hasta llegar a diseño visual en la Universidad de Caldas, como su primo Guillermo.
Una oración en el cuarto de Laura dice frases como "Cuando tu hijo te busque con una mirada, míralo...". "Cuando esté triste, consuélalo". "Cuando te tienda los brazos, abrázalo...".
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