La perrita Lulú terminó con 21 púas de puercoespín en el hocico

Rubén Darío López
LA PATRIA | PENSILVANIA

Lulú es la compañera de los vigilantes de plantaciones de madera en la finca  La Reina, de Pensilvania. Los acompaña en las largas noches y  avisa sobre cualquier movimiento extraño.
Pero hace pocos días el vigilante Yovanny García escuchó un tropel y ruidos extraños en  medio de los árboles y la oscuridad de la noche. Al buscar alcanzó a ver a  Lulú luchando con un puercoespín. “La perrita es muy valiente y se  enfrentó a ese animal, tal vez tratando de evitar que me atacara”.
Lulú fue adoptada por el vigilante Héctor Iván Carmona, conocido como Varela. “En la perrera municipal me permitieron adoptar  la perrita cuando tenía 2 años y ahora la tenemos muy linda,  pilosa y educada”, dijo Varela en medio de la felicidad por ver a Lulú curada de las lesiones que le provocó el puercoespín, que huyó y dejó a Lulú quejándose por las 21 espinas que le dejó clavadas en el hocico.
García llamó a su compañero, que estaba descansando y consultó a un veterinario. La recomendación fue suministrarle analgésicos y  antibióticos, además de una pastilla para sedar a la perrita y poderle sacar  las púas, para lo que tuvieron que utilizar un alicate.  “20 minutos antes le dimos la pastilla y Lulú se tranquilizó. Fue muy valiente  y se dejó extraer esos chuzos. Duró como 12 horas con ese tormento, porque  la finca queda un poco alejada", comentó Varela.
Después de este procedimiento Lulú se durmió y pronto se empezó a  recuperar.

Prohibido cazarlos
En plantaciones de árboles en Pensilvania se ven  venados, conejos, zarigüeyas, serpientes, puercoespines, pájaros e insectos. Los obreros tienen prohibido  cazarlos o molestarlos, ya que deben cuidar el medio ambiente.