Henry Giraldo
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Los gallos de pelea eran parte esencial de la vida de Julio Conde. Por ello, convivía con ellos en la zona rural de Manzanares, vía a la vereda Romeral, pero sus animales se quedaron sin su cuidador. El pasado domingo fue sepultado en el cementerio San Lorenzo.
Conde nació en El Banco (Magdalena) y desde pequeño arriaba ganado en la finca de su padre y pescaba en el río Magdalena. A los 13 años comenzó su afición por los gallos, debido a que en su familia era tradición.
Aunque recorrió diferentes ciudades como Cúcuta, Bucaramanga y Barrancabermeja, fue en una gallera de Fresno (Tolima) que conoció al médico Numa, quien lo convenció de vivir en Manzanares.
Gallo fino
Hoy Conde debe estar reunido con Obispo, uno de sus gallos favoritos y con el que ganó 21 peleas.
Sus amigos galleros lo imaginan en medio de jaulas llenas de gallos finos de más de 10 meses listos para ser entrenados "cada cinco o seis días", como él decía.
También debe estar rodeado de espuelas y herramientas para descrestar y peluquear a esas aves a las que Julio solía alimentar con una receta especial y que le confesó a Q'HUBO en el 2010: "maíz partido con panela, huevo crudo y plátano maduro con leche".
DATO
40 gallos de pelea tenía Julio Conde en su casa.
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