Cuando el maestro Carlos Arturo Marín Grisales, presentador de la edición 37 del Concurso Caldense de Bandas Estudiantiles de Música en Manzanares, empezó a describir dónde quedaba el colegio que ocupó el tercer lugar del certamen, Sebastián Carmona López tuvo una risa nervioso.
"Es tirando al noroccidente de Caldas. La carretera para llegar es como malita", dijo Marín Grisales. Luego, nombró a la banda del colegio Mariscal Robledo del corregimiento de San Bartolomé y Sebastián, su director, levantó los brazos, saltó de la silla y comprobó que sus sospechas y esperanzas eran reales: la agrupación se va para la categoría A, la máxima del certamen.
¿Pero que lo hace especial? Hoy en este corregimiento todo es alegría por cuenta de un puñado de jóvenes soñadores. Sebastián, en un año, logró que la banda pasara de la categoría C a la B. Y en su primera participación en esta última, logró la clasificación a la A. El jurado solo ascendía a dos, pero por la calidad de las agrupaciones y lo reñido del concurso, decidió que fueran tres. Por eso subió San Bartolomé. De pasó, ganó trofeo y clarinete.
Piel de gallina
"Cuando dijo noroccidente me dio un taco en la garganta. Cogí al director de San Jerónimo y lo apreté. Se me puso la piel de gallina. No la creía", comentó el director.
Este año el proceso fue diferente. A mitad del 2018 se retiraron 14 niños y tenía un proceso de prebanda desde el 2017 con menores muy nuevos. El objetivo era mantenerse en la categoría y que hablaran bien de la agrupación.
"Gracias a Dios se dieron las cosas. Fue mucho más de lo que esperábamos".
La clave para esos dos ascensos, según Sebastián, es la constancia, que el tiempo que se usa en las tardes con los muchachos sea productivo; además del amor que le pone a su trabajo y el apoyo de los padres de familia.
"Recalcar la vinculación de las colonias, pues este año el encuentro se destinó para la banda. Se recogieron $7 millones 438 mil para apoyarnos. Todos viven pendientes en ayudar. La Alcaldía se vincula, la Gobernación también, la comunidad nos ayuda en rifas, bingos y ventas de empanadas que hacemos cada domingo. Los padres de familia, con su junta, permiten que todo esto funcione. Han sido tres concursos lejanos y ahí han estado".
Después de la lectura de los resultados, en la noche del domingo, los otros directores no dudaron en felicitar a Sebastián. No creían que tan rápido, un corregimiento con tan poco en la categoría, siendo la banda más pequeña en músicos (37), haya llegado tan lejos. Les dijeron que se notaba el amor que le ponían.
"Para la categoría A seguiremos trabajando con mucho esmero, con el compromiso de los muchachos, que son la materia prima para lograr las cosas. El sueño es seguir cosechando y dar de qué hablar. Necesitamos material humano, pero con estos logros podemos atraer muchachos: cuartos en Pensilvania, segundos en Samaná y terceros en Manzanares. Verán que vale la pena. Dedicamos todo a Dios y a Víctor Daniel Cardona Londoño, compañero de la banda que murió a principios de este año".
Sebastián Carmona López inició sus estudios musicales en la Banda Sinfónica de Anserma, bajo la batuta del maestro Jairo Alfonso Machado Pareja. Es trombonista y eufonista, licenciado en música de la Universidad de Caldas. Se desempeñó como trombonista de la banda municipal de Manizales durante 6 años, trombonista asistente de la Orquesta Sinfónica de Caldas en el 2015. En el 2016 se vinculó al Programa Departamental de Bandas, siendo la de San Bartolomé su primera experiencia como formador, docente y director.
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