En Marmato se enreda entrega de megacolegio en El Llano

Carlos Hernández

Quienes conforman la comunidad de la Institución Educativa El Llano, en Marmato, consideran que las instalaciones se les están quedando pequeñas.

Este año son 548 estudiantes en la jornada diurna y 60 en la nocturna, más 21 profesores y dos directivos. Y su percepción es más fuerte porque saben que desde septiembre pasado se terminó de construir el colegio al que serán trasladados, que es mucho más grande pero al que la Alcaldía ha impedido el traslado por problemas con el contratista.

La rectora Carmen Adiela Marín explica que la matrícula se incrementó considerablemente este año, por lo que hay grupos que superan los 45 estudiantes (un número que califica de alto). “No se pueden dividir por falta de aulas y docentes, lo que se traduce finalmente en baja calidad y con la posibilidad de altas tasas de deserción y reprobación”.

Ya se ha reunido con el alcalde Héctor Jaime Osorio Henao, pero dice ella que aún no se le da una solución. El argumento del mandatario, según le dijo él a LA PATRIA, es que está en proceso una reclamación por la estabilidad y calidad de las obras, aunque admite que “la construcción está terminada en un 90 por ciento”.

La historia
Carlos Andrés Salazar, asesor jurídico de la Alcaldía, explica que la construcción, que tiene capacidad para 1.200 estudiantes, consta de dos etapas. La primera la financió el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade), entidad nacional que adjudicó el contrato por $3 mil 271 millones en julio del 2010.

De la segunda etapa se encargó la Alcaldía, que se valió de recursos que le llegaron de regalías y adjudicó una licitación por $1.030 millones, para las obras del restaurante, una cancha y parte del área administrativa. Esta parte aún está en ejecución, pero el contrato ha sido suspendido en varias ocasiones, de acuerdo con el alcalde.

El problema radica en que de la primera etapa, aunque está concluida, “hay obras que se están deteriorando”, informó el asesor, a pesar de que la administración anterior le recibió la edificación al contratista. El actual alcalde le escribió al Fonade para que le reclamen a quien hizo el trabajo, y aún están a la espera.

El mandatario agrega: “la idea es que nos hagan una entrega al día de la obra. Ya se hizo una interventoría que estuvo a cargo del Fondo de Regalías y se presentan inconvenientes porque no hay cuentas claras”. Por eso dice que mientras no se surtan estos trámites y las obras de la segunda fase no estén terminadas, no permitirá que se dicten clases o se desarrollen otras actividades en las nuevas instalaciones. Además, aún no se cuenta con servicios públicos ni energía eléctrica.

La rectora argumenta que al menos los bloques construidos para albergar al bachillerato “están en perfecto estado, cuentan con laboratorios de física y química, sala de sistemas y de música, un aula especial para orfebrería y toda la instalación está debidamente dotada con sillas y mesas”. Y añade: “la única labor que se debe desplegar para habilitar estos dos bloques es simplemente realizar un alinderamiento para separar los bloques en construcción con las aulas del bachillerato, para que ni obreros ni estudiantes interfieran en sus labores”.

Su intención es que no se pierdan proyectos que se tienen previstos con Ecopetrol y la Cruz Roja, que tienen como condición el desarrollo en unas aulas como las de la nueva institución.

El alcalde Osorio Henao insiste: “el colegio no será funcional hasta tanto se realicen las dos fases del proyecto. El municipio no puede ser irresponsable y no quiero ganarme problemas”.

El dato
El consejo de padres de familia de la Institución Educativa El Llano recientemente se pronunció mediante una carta que envió al Viceministerio de Educación Básica.