El zarco, un apasionado de la Brigada de Emergencia en Arboleda (Pensilvania)

MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Si en Arboleda preguntan por Ómar David Ríos, pocos saben decir quién es. Pero si indagan por el Zarco, cualquier persona contestará que es el coordinador de la Brigada de Emergencia de este corregimiento a cuatro horas en carro de Pensilvania.

El Zarco tiene 33 años, ojos azules y es padre de dos hijas, pero también quiere a la Brigada como otra hija por la que ha luchado desde hace 13 años para mantenerla funcionando.

Como en Arboleda no hay cuerpo de bomberos, lo que existe es la Brigada de Emergencia, grupo de voluntarios de la comunidad que son capacitados por los Bomberos Oficiales, en este caso los de Pensilvania, para que presten la primera atención en emergencias mientras ellos llegan. No tienen sueldo, y lo que hacen es por amor a la comunidad.

Inicios

La Brigada en Arboleda surgió en el 2005, hace 17 años, por convocatoria del entonces corregidor que encargó a un sargento de la Policía de apellido Toro para que coordinara el grupo. Se sumaron 14 voluntarios. Con el sargento Toro tenían muchas capacitaciones, llevaba a los voluntarios a potreros para hacer simulacros y fueran aprendiendo de la atención de emergencias.

El Zarco explica que a partir de ahí la Brigada ha estado conformada por cinco o seis personas, y que tras la pandemia algunos se desmotivaron, pero la agrupación está tomando nuevo impulso. "El sargento Fabio Nelson Mendoza, bombero de Pensilvania, es el motor para seguir. Tenemos seis personas en la Brigada, se debe tener vocación para esto, que nazca del corazón, no es por pasar el rato".

Responsabilidad

Aclara que pertenecer a la Brigada no los faculta como bomberos. "La labor de un bombero es complicada y de mucha responsabilidad. Si no se tienen todos los conocimientos para atender una emergencia se pueden empeorar las cosas. Lo que tenemos son unos conocimientos aprendidos de las capacitaciones del Cuerpo Oficial de Bomberos y de las experiencias".

El Zarco cuenta que en Arboleda la gente es muy unida y si alguna emergencia o tragedia ocurre, todos se juntan para ayudar. Él es quien está a cargo de la dotación que le han dado a la Brigada: mangueras, pitones (dispositivo para graduar el agua, según se requiera), palas batefuegos, sogas, entre otros elementos que guardan en una bodega en la sede del centro de salud y del centro vida.

Ven necesario adaptar otro sitio para el depósito, pues si ocurre una emergencia en la noche o en la madrugada, para sacar los elementos tienen que ir por las llaves hasta donde vive la persona encargada del lugar. Otra necesidad es recuperar la sirena para el corregimiento, que se les dañó desde el 2020 en plena pandemia.

La sirena era la que avisaba, con un toque, para asistir a una reunión; dos toques, que había un incendio, y tres toques que había que evacuar el pueblo o que había una emergencia. Se encuentra en reparación eléctrica en Pensilvania.

Anécdotas

El Zarco cuenta que en estos 13 años con la Brigada de Emergencia en el corregimiento de Arboleda han ocurrido tres incendios: dos casas que fueron pérdida total y otra en la que se logró controlar el fuego.

"Lo primero que uno debe hacer en una emergencia es tranquilizarse, es lo que permite seguir adelante. A uno siempre le da susto, pero hay que dejar a un lado el pánico y calmarse, porque no se puede atender una emergencia con nervios. Siempre pienso en mis hijas, pero me encomiendo a Dios y sigo adelante", cuenta.

De los incendios en los que han intervenido, el Zarco recuerda uno de un señor que después de tomarse unos tragos se puso a freír algunos alimentos. "Era como la 1:00 de la mañana y me llamaron para decirme que en una casa había fuego. Resulta que se quedó dormido y se le prendió el fogón. Lo que hice fue empapar un trapo, escurrirlo y tirarlo encima. Otro incendio fue por la calle de la salida a Pensilvania. Como solo tenemos seis rollos de mangueras, muchas no alcanzan a llegar a ciertos puntos. Cuando me faltaban 10 metros para llegar al sitio del incendio no nos alcanzaban las mangueras y tocó llenar baldes e ir a tirar. Hicimos dos cadenas: una de llenado de baldes y otra para tirar agua. No pudimos apagar el fuego y la pérdida de la casa fue total".