El segundo semestre entra a Laguna Negra (VIDEO)

Andrés Rodelo

LA PATRIA | Manizales

El domingo, James Rivera, de siete años, se dispuso a hacer una tarea de artística antes del regreso a clases. Tomó una hoja de papel para calcar una serpiente, pero Kevin Gallego, de ocho, se la arrebató antes de que pudiera hacerlo. "Salió detrás mío. Me tiré al suelo, él se tiró y yo, boca abajo, le di una patada en la nariz por accidente", recuerda Kevin, su compañero de segundo grado, quien al instante se percató de que no podían volver enemistados a la escuela. "Nos reconciliamos. Venimos a estudiar como amigos". James, entre tanto, rescata algo: "Por lo menos no me salió sangre".

Ellos son 2 de los 14 estudiantes de la Institución Educativa Nuestra Señora del Rosario sede Aspar, en la vereda Laguna Negra, en Villamaría, a 3.700 metros sobre el nivel del mar y cerca del Parque Nacional Natural Los Nevados (ver infografía). Al igual que Kevin y James, cerca de 50 mil alumnos en Manizales y 98 mil en Caldas retornaron ayer a las aulas tras un receso de tres semanas, dando inicio al segundo semestre de estudios que culminará el 27 de noviembre.

La sede Aspar está a una hora de Manizales. Es una institución de básica primaria en la que todos los alumnos reciben clase en un salón bajo la metodología de Escuela Nueva, que propende la enseñanza personalizada. Dos casas, cuatro aulas de clase y una pequeña cancha de fútbol al aire libre son los espacios que conforman el modesto plantel educativo.

Hasta allí llega Yeison Estiven, presidente del aula y estudiante de quinto, encargado del orden. "Yo controlo cuando la profesora no está. Son muy recocheros", afirma, pero Dahiana Espinoza, de 8 años, 'mete la cucharada': "Un día le dijo a los de segundo que no jugaran y terminó 'recochando' con ellos", a lo que Yeison responde encogiéndose de hombros.

Luego está el caso de John Edward, de 13 años y en grado quinto. Cuando alguien le pregunta por qué estudia, él tiene la respuesta clara. "Quiero ser conductor de buses intermunicipales. Lo deseo tanto que dibujo buses en clases de artística. No tengo regla para trazar, pero lo hago con mi celular. Voy a ser un conductor responsable", asegura.

La clase

La jornada empieza a las 8:00 a.m. Antes de eso, algunos limpian los espacios del lugar. John Edward trapea el pasillo del colegio. Encima de su cabeza falta una teja, desprendida recientemente por las fuertes ventiscas que sacuden al sector de Laguna Negra y que intensifican el frío. Ni siquiera la pequeña Angie Espinoza, de cachetes rojizos por las bajas temperaturas y en transición, ha podido acostumbrarse: "En mi casa no hace tanto frío como el que hace aquí".

Otra que lucha contra el frío es la profesora Dora Lucy Salazar, quien reside en Manizales. "Esta temperatura me tiene agobiada. Es lo único maluco, porque los muchachos son muy disciplinados. Estoy contenta aquí", señala la educadora, quien considera irónico que la escuela haga parte de Villamaría, pero que todos los alumnos sean oriundos del Tolima.

Ya en el aula, los niños se agrupan por mesas en función del grado al que pertenezcan. Descargan sus morrales y sacan guías en las que desarrollan desde operaciones matemáticas hasta exámenes de opción múltiple sobre castellano. Entretanto, siguen llegando más estudiantes ataviados con chaquetas gruesas para mitigar el frío y hasta con botas pantaneras, pues algunos viven en zonas retiradas y deben caminar largos trayectos para llegar a la institución.

"Hay alumnos a los que les toca caminar una o dos horas. Aquí si no hay transporte no hay estudiantes", lamenta la maestra Dora Lucy. Al respecto, Claudia Patricia Álvarez, secretaria de Educación de Villamaría, informa que: "Este año ampliamos la cobertura del transporte escolar para la sede Aspar, en aras de beneficiar a un grupo de niños que viven en zonas apartadas. No hemos recibido quejas sobre el servicio", sostiene.