Luis Alfonso Noreña Tamayo, de 65 años, falleció por un ataque al corazón en su casa en el barrio Cafetero en Anserma, municipio en el que lideró y fundó las 137 ediciones del periódico El Ansermeño.
Ese medio de comunicación se convirtió en un espacio para la comunidad y le dio la oportunidad a historiadores, poetas y escritores para publicar sus trabajos. Noreña Tamayo también daba a conocer sus pensamientos a través de la columna Campanazos, que firmaba bajo el seudónimo de El Sacristán, un alter ego del párroco del pueblo, en la que le llamaba la atención a los políticos del municipio.
Noreña Tamayo comenzó su carrera en los años 70 como armador de textos de la Tipografía San José en Aranzazu, con la guía de Eliud Osorio Giraldo, cuenta el escritor y columnista José Miguel Álzate.
Su experiencia le sirvió para sacar el primer número de El Ansermeño, un periódico en formato tabloide, con derroche de color y columnas de opinión, tomó fuerza en el occidente de Caldas. “Dio rienda suelta a su pasión por el periodismo. Con él se abrió un espacio en un municipio extraño, que supo valorar su esfuerzo”, precisa Álzate en un artículo en homenaje al periodista fallecido.
Murió el 25 de noviembre.
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