Óscar Gómez
LA PATRIA | Pueblo Nuevo
La travesía Puentelinda-La Dorada es un viaje desbordante de aventura. Paisajes, pueblos escondidos, ríos cristalinos, alturas y hondonadas desde la más profunda naturaleza.
El punto de partida está en Puentelinda, lugar turístico de la región, poblado que se disemina por la vía hasta el túnel y los termales del Espíritu Santo. Otrora por allí se agrupaban muladas de arriería trayendo el café desde Arboleda y Puerto Venus y regresando con mercancías y víveres (era la época del desarrollo de pueblos y veredas).
Desde las orillas del río Samaná sur, a 780 metros sobre el nivel del mar, en escaleras de transporte se sube por la enroscada carretera hasta el paraje Cristales y desde allí sigue un descenso pronunciado hasta el río Hondo, se vuelve a tomar la pendiente por las faldas de Corinto, antiguas fincas de los Medina, y se enrruta por el camino empedrado hasta el corregimiento de Florencia.
Hasta aquí la carretera Sonsón-La Dorada es una travesía de silencio, pájaros, naturaleza y casitas a la orilla con mujeres, niños y campesinos que les sonríen a la diaria faena del trabajo y el campo. Hace diez años esta región recibió el impacto del conflicto armado, las huellas están todavía en fincas abandonadas, casas con paredes arruinadas y soledad. Al cruzar por Florencia el aire es fresco, las montañas reverdecen entre la niebla y la gente es amable.
Carretera abajo de Florencia, hacia Berlín y Norcasia, la vía luce más destapada con una larga sucesión de caseríos como Santa Bárbara, Dulce Nombre, La Tulia y La Aurora, que dejan ver el contraste entre la belleza de los parajes y el abandono en que se mantiene la carretera.
Expectativa por carretera
En La Tulia, al lado de su estancia de caña, desde hace 22 años vive don Salomón Pérez: "Esta carretera está abandonada desde hace 2 años, nadie le mete trabajo, la Acción Comunal pide mucho pero no les cumplen ¡Ave María! En la vereda hay 39 familias perjudicadas para el transporte, estamos abandonados del gobierno. He oído decir que la van a pavimentar pero nunca llegan a un acuerdo y no la pavimentan, dizque porque no se justifica el trafico que hay".
Con todo, la aventura de atravesar la carretera Sonsón-La Dorada es hoy un paseo que vale la pena vivirse y más tentadora si llega a cumplirse el proyecto de la pavimentación que ahora ronda por las oficinas estatales y da vueltas en la mente de los habitantes de la región.
En el corregimiento de Berlín la historia del recorrido va cambiando, mejora el piso carreteable, ya en Norcasia el pasado va quedando en el olvido, apenas el remordimiento del río La Miel resecado, y las vegas de La Dorada aparecen resplandecientes con el valle del Magdalena dispuesto a recibir a los héroes de esta aventura.
Testimonios
-Manuel Antonio Delgado
En la finca La Aurora, hace 20 años, vive don Manuel, quien padece una discapacidad: "La carretera, mala, mala, mala, mire ese hueco que hay, hace más de dos años que no la arreglan. Eso de la pavimentación es mentira, midieron pero no más".
-Javier Morales
Desde la hondonada de la vereda Santa Marta llegan mulas cargadas de panela. Don Javier, un hombre jovial: "Muy mala, ay, por Dios del cielo, yo fui hace 8 días a Florencia y eso es monte por lado y lado y muchos huecos, carretera sin desagües, llevo 2 años por aquí y así estaba cuando llegué. Estamos necesitados de esta carretera”.
Casa grande en Puentelinda. Desde allí comenzó el recorrido.
Río Hondo.
Puesto de Salud en la vereda Cristales.
Vista de Florencia.
Dulce Nombre.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015