Las instalaciones que entregó la Alcaldía de Pensilvania a la Fundación Animalistas de Corazón, mediante convenio de asociación, se usarán como perrera municipal y dependen de la Administración.
El objetivo es llevar transitoriamente a los animales abandonados o de los que se sospeche zoonosis o agentes infecciosos que puedan perjudicar a los humanos. Otras funciones del sitio son la cuarentena, desinfección, desinfestación, vacunación, control de epidemias, incineración y adopción de mascotas.
La perrera fue construida cerca del invernadero municipal, a dos kilómetros del casco urbano, en el paraje denominado Politécnico. Cuenta con pozo séptico y otras instalaciones para su adecuado uso, además de los servicios del veterinario de la Alcaldía.
Desde hace una semana, la Fundación ha llevado al lugar varios perros callejeros donde reciben atención, alimentación y adelanta acciones para su posible adopción. Solicita la donación de artículos de limpieza, mantas y colchones usados, plásticos, hipoclorito de sodio, material para curaciones, purgantes y vasijas.
El coso fue construido, dos años después de lo prometido por el alcalde Jairo Antonio Ríos.
Con antecedentes
En mayo del 2012, primer año del mandatario, la sede de la Casa de la Cultura, con 90 años de antigüedad, monumento municipal y vecina de la Alcaldía, se convirtió por siete meses en perrera.
Ríos argumentó que no tenía la lista de bienes del Municipio y que había echado mano de la edificación que llevaba abandonada casi ocho años.
Residentes se quejaron de no soportar ladridos y aullidos, pero Ríos dijo que se trataba de un problema sanitario porque no tenían a dónde llevar a los animales, además de que la casa estaba abandonada y el municipio contaba con dos cosos: uno construido ocho años atrás por $30 millones, pero que resultó estrecho, por lo que la anterior Administración había improvisado uno con $8 millones, pero no tenía agua y las paredes no protegían del frío.
El exalcalde Jesús Darío Ramírez manifestó que la Casa era valiosa para la comunidad, y que en el 2011 Acción Social había entregado $200 millones para reforzarla estructuralmente, y otros $100 millones para construir la Casa de la Juventud en el sótano, en el que estaban durmiendo los perros.
La Fundación Dejando Huellas dijo que aseaban el sitio tres veces al día, y que no dejaría sacar los animales. Pobladores adujeron que era un atropello contra una construcción insigne de Pensilvania.
El conflicto llegó hasta juzgados, pues los vecinos interpusieron una acción popular contra la Alcaldía y en medio del proceso, diciembre del 2012, los animales fueron trasladados a la perrera ubicada en el Coliseo de Ferias. Ríos dijo que era una solución temporal y anunció construir al año siguiente, 2013, una perrera municipal.
Dato
El 15 y 16 de este mes será la segunda jornada de esterilización de perros, a cargo de la Fundación Animalistas de Corazón.
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