Alcalde de Neira y su novia niegan altercado

LA PATRIA | MANIZALES

Un altercado entre el alcalde de Neira, Marino Murillo Franco, y su cuñado, un oficial del Ejército, pasó de lo privado a lo público, no solo por tratarse del mandatario, sino porque se dio en su despacho, ubicado en el tercer piso de la Alcaldía.

El problema tiene sus raíces desde el pasado 7 de agosto. Según testigos, ese fin de semana el mandatario, del Partido de la U, viajó a Aranzazu con su novia, Diana Patiño, para ver una cabalgata y ahí la estrujó.

El maltrato se hizo público el pasado sábado, después de que el hermano de Patiño, que se encontraba en Bogotá, se enteró de lo ocurrido.

Según testigos, el militar ingresó hasta el despacho de Murillo, lo cogió del cuello, lo insultó y se fue.

El teniente Diego Fernando Tafur, comandante de la Estación de Policía de Neira, explicó que recibieron un reporte de un altercado en el despacho del alcalde, pero cuando los agentes llegaron al lugar ya no se encontraban ni el mandatario ni el supuesto agresor.

Solo alzó la voz

Para el alcalde de Neira, sus contradictores quieren hacer un espectáculo con algo que no pasó a mayores. "Simplemente una persona que alzó la voz y eso fue todo", dijo.

Al cuestionarle si había agredido a su novia, respondió con un rotundo no. "No, para nada. Si quiere hable con ella. ¿Dónde hay una constancia de eso? El que está haciendo esto es un contradictor que inclusive en otras ocasiones me ha irrespetado. Están tratando de armar un lío que nunca ha existido. No pasó absolutamente nada", aseguró.

La pregunta para Diana fue directa:

- ¿El alcalde le pegó?

Y su respuesta evasiva:

"Ahí hay un malentendido. Los contradictores se están aprovechando políticamente para joderlo, pero la cuestión es que no pasó nada. Eso es lo único que puedo expresar".

-Pero ¿le pegó?

"Con él tengo una relación bien. Igual conversamos porque sé que lo han estado entrevistando, pero lo que hay es un malentendido".

Callados

Concejales del municipio prefirieron no referirse a lo sucedido por no presenciar los hechos.