JORGE IVÁN CASTAÑO
LA PATRIA | NEIRA
"Hoy se cumplen 25 años de vida religiosa, 25 años", recalca sor Sandra Delgado. Pertenece a la comunidad de las Hermanas Vicentinas, y para ella ha sido un caminar al lado del amor de Dios.
"Como esposo fiel ha sabido llevarme y aguantarme. Es lo único que me ha sostenido, el amor de Dios y un amor muy grande y especial, que es el amor a los pobres. 25 años pensando en cada ser humano que llega a mi vida, en ese niño que necesita un espacio, en ese abuelito que está solo y necesita apoyo, en ese joven desorientado o a veces con intento de suicidio que necesita que lo ayude a salir adelante. En resumen, son 25 años de una historia de amor escrita desde la fidelidad de Dios, para un ser humano tan imperfecto como yo".
Sor Sandra llegó hace tres años a Neira, en donde encontró cariño y amor y donde ha vivido una experiencia hermosa que ha compartido con las personas.
Dice que los neiranos tienen una forma muy diferente de amar. "Por ejemplo tienen tiempo para saludar, abrazar, y expresar el cariño que sienten hacia otra persona. El amor que se siente en Neira es mucho más maternal".
Sueño cumplido
Cuenta que lo primero que hizo cuando llegó fue reunirse con los niños del restaurante. "Les dije: piensen en un sueño y lo vamos a materializar. Cada uno dijo su sueño, y les dije: yo sueño con una casa muy grande acá, blanca, para que puedan venir muchísimas personas, una casa donde pueda atender a muchos niños pobres, ayudar a muchos jóvenes que tienen problemas, tener a muchos abuelitos con quien compartir el amor y tener un espacio muy grande para ayudar a niños con discapacidad. Eso, la verdad, se me ha cumplido".
La muestra es una planta física amplia, dotada de restaurante escolar donde se alimentan 210 niños diariamente, también cuenta con un espacio para la IPS y la atención terapéutica (fisioterapia, fonoaudiología, terapia ocupacional, trabajo social y pedagógico y nutrición) y un Centro Día con capacidad para 100 ancianos que acuden lunes y viernes.
Adicional, ejecutan un proyecto en el que los niños asisten martes, miércoles y jueves para que les ayuden a hacer las tareas escolares. "Tenemos un trabajo especial con los niños en situación de discapacidad. A ellos se les dedica gran parte del tiempo, además es una ayuda para que los padres puedan trabajar. Estos niños tienen una luz, una esencia amorosa que no la tiene ningún otro ser humano; comunican paz, con atenderlos se descansa más que cansarse", afirma la religiosa.
Siempre sonríe
Sor Sandra es la directora del Hogar La Providencia, en Neira. Expresa que siempre le pidió a Dios un don: que le permitiera ser muy feliz. "Dios me dio ese don y es sonreír, por eso sonrió mucho, porque veo que es el único medio para comunicar el amor a Él".
Asegura que en estos 25 años de vida religiosa no ha tenido frustraciones. "Si hoy muriera lo haría sonriendo y feliz, porque he realizado todos mis sueños. De hecho, nunca pensé en hacer tantas cosas externas. Siempre le pedí a Dios simplemente ser una hija de la Caridad, pero Él me ha permitido hacer tantas cosas en la vida que sería una ingrata si digo que me falta hacer algo. Dios me ha permitido hacerlo todo absolutamente en servicio a los pobres", concluye.
La religiosa Sandra Delgado nació en Pasto (Nariño). Viene de una familia muy católica, conformada por cinco hermanos. Cuenta que vivió una niñez muy triste y una situación familiar muy difícil.
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