Equus 66: El número o nombre de la bestia
Señor director:
Ficción, bíblico, apocalíptico, anticristo, el 666 siempre ha sido un número estigmatizado desde remotos tiempos, como el número o el nombre de la bestia. En la “La Profecía”, 1976, protagonizada magistralmente por Gregory Peck, una de las glorias del cine, los espectadores sollozan ante el inminente sacrificio de su tierno hijo Damián, quien lleva en su cuero cabelludo el 666.
Siguiendo más una trama de ficción para evitar especulaciones, Equus 66, el nombre del edificio con gran referencia mediática recientemente, por haberse cometido en uno de sus apartamentos, un abominable crimen contra una menor (hecho al cual este escrito no quiere involucrarlo de manera alguna), lleva el número o nombre de la bestia. Pero si es Equus 66, en donde está el otro 6? ¡Está implícito en Equus!
Equus en latín quiere decir caballo. Y es el nombre de una obra teatral de Peter Schaffer, que tuvo gran éxito en Broadway, París, Londres y otras grandes capitales. Una obra que lograba cargar la atmósfera de suspenso, tensión y nerviosismo mientras los espectadores se preguntaban: “…hasta dónde seguirá este rito sangriento cuyos protagonistas estaban tocados por elementos que iban desde la locura hasta la poesía…”.
Por su éxito es llevada al cine, también con el nombre de Equus (1977), hace 40 años precisamente, dirigida por Sydney Lumet, nada menos que con Richard Burton como actor principal que hace de psiquiatra, y con el joven Peter Firth, actor revelación que es acusado de haber cegado violentamente a 6 caballos en cuyo establo él trabajaba. “6 caballos cegados violentamente”; he aquí el otro 6 para completar 666.
No faltó crítico de cine en todo el mundo que se ocupara de Equus y afirmaban categóricamente que “…Equus es otra cosa... es una agresión!”. “… Una película que muchos rechazan porque se sienten tocados en el fondo…”.
“El símbolo central de Equus es un caballo, un animal que es el resumen de toda creación” como lo escribió en su momento el crítico de cine Alberto Duque López.
Y en los Cuatro Jinetes del Apocalipsis que montan en caballo blanco, rojo, negro y uno bermejo que son alegorías de la victoria o conquista, la guerra, el hambre y la muerte, vemos como se conjugan términos iguales.
Pero ya aceptamos que en el cine los papeles se invirtieron y la realidad supera la ficción. Entonces no es muy utópico pensar que el 666 sí puede ser el anticristo.
Estamos viviendo una realidad mundial que preocupa notoriamente: El Estado Islámico. Kim Jong-un y su amenaza nuclear en Corea del Norte. La barbarie cometida en Alepo y la guerra sin cuartel que se libra en Siria.
Estados Unidos contra todos los pronósticos elige a Trump que ofrece muchas dudas al mundo sobre su manera como gobernará. En Bangladés se cometen a diario crimines horribles que la prensa no da cuenta de ellos. El problema migratorio que afrontó Europa. Nuestro vecino que gobierna a Venezuela. Y en Colombia cada amanecer trae una acontecer. Y para no resultar tremendistas terminemos con humor, otra película de 1963, dirigida por Stanley Kramer, que nos hizo reír a todos: El mundo está loco, loco, loco.
Diego María Arias A.
Poyo, pollo
En la página 7 del 15 de enero se menciona el pollo de la cocina. Ese poyo es con y, y creo que se deriva de apoyo. Es la mesa de la cocina.
Un lector
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