Un día frío de Diciembre en 1955 en Montgomery, Alabama, una ciudad muy cerca de donde vivo en Estados Unidos sería un día que pasaría a la historia. Este día en horas de la tarde, cuando ya se ponía el sol, prometiendo hacer de ese un día más de rutina; Rosa Parks, una mujer de raza negra después de terminar de trabajar se montó en el bus rumbo a su casa. Ella era una mujer que personas de todas las razas, edades y estratos la respetaban y admiraban.
Como era normal en esta ciudad de tamaño mediano y lujosa, que me daba un aire un poco parecido a Barranquilla; el bus estaba lleno a esta hora del día transitado por ciudadanos cansados. Rosa al igual que sus compañeros afroamericanos, cumplía la ley; ella no estaba sentada en las primeras filas del bus, donde solo personas de raza blanca podían sentarse, ella estaba en el lugar donde su raza era permitida.
En el momento en que un hombre blanco abordó el bus lleno, el conductor obligó a varios hombres negros a pararse de su silla para cederle el puesto a el único hombre blanco que iba parado. Rosa Parks, al ver que no había más hombres blancos parados y un par de sillas vacías, no le vio justificación al abandono de su silla e hizo caso omiso a las órdenes del chófer. Ella cumplía la ley y se sentía en su derecho de quedarse, sin embargo ésto ocasionó que fuera arrestada, previniendo así que los días rutinarios llenos de malas acciones siguieran su curso normal.
Al ver una persona querida por muchos en la cárcel, personas de todas las razas se mostraron inconformes y lo comunicaron popularmente. Esto generó una protesta masiva, la cual según Charles Duhigg, autor del libro El Poder de Los Hábitos, fue una de las contribuciones grandes al movimiento de los derechos civiles. Los derechos civiles con ayuda de iconos como Martin Luther King, Jr. fueron movimientos que lograron mejorar considerablemente la calidad de vida de los hombres y mujeres afroamericanos.
Después de que a Rosa se le devolvió la libertad, las ideas y el hambre por justicia no pararon ahí, la comunidad negra seguía queriendo más. En una de las situaciones tensas con la policía, Rosa Kings se dirigió a su comunidad: "Debemos amar a nuestros hermanos blancos independientemente de lo que ellos nos hagan a nosotros". Después de este día la actitud empezó a cambiar, se dice que los negros estaban entrando en modo "listos para perdonar".
La situación actual en Colombia no es como la de 1955 en en la ciudad de Montgomery, pues la humanidad ha avanzado mucho socialmente. Sin embargo hay ciertas similitudes, pues nuestro pueblo colombiano está dividido, está homogeneizado en puntos de vista agrupados en Uribistas o Santistas nos asemeja mucho a el invierno de aquel año donde existían no ciudadanos, sino negros o blancos.
En Montgomery nadie hoy en día se atrevería a decir que los blancos siempre carecieron de errores y no habían dado malos tratos a sus hermanos negros. Tampoco hoy nadie en Colombia, ni Santistas ni Uribistas, se atreve a decir que las Farc no han hecho daño a nuestra linda Colombia y a la reputación de su gente. Los Santistas no creen que Las Farc son santos, y los Uribistas no creen que la paz es imposible, sin embargo, más allá del problema de la desinformación por falta de educación, es por falta de actitud. A quienes su opinión les ciega la vista y malinterpretan al vecino que piensa diferente generan no solo más desinformación, sino también menos paz, cosa que todos queremos más que nada.
Bueno sería si pudiera existir paz, justicia y felicidad sin límites, sin costos. Si supiéramos exactamente que significa justicia y que es mejor para nosotros, todo sería más fácil. Mientras tanto, en la realidad sólo tenemos costos y más preguntas que respuestas; o el alto costo de la guerra, o el costo no sólo económico sino moral de lo que debemos ceder a cambio de un País en paz.
El gobierno tendrá unos costos si se logra la paz, al igual que apoyo internacional. Por nuestra parte, el pueblo también tendrá unos costos. En mi opinión el costo principal es el perdón, perdonar a nuestros hermanos guerrilleros, como decía Rosa Parks en Montgomery, "debemos estar listos para perdonar". Con apenas 20 años, para mí es inevitable pensar en el futuro, y como economista no puedo dejar de pensar en una situación económica de sostenible crecimiento para el país.
Como economista debo recalcar que la paz es una inversión en todos los sentidos. El precio puede ser alto pues no es fácil ceder lo que cederemos. Como estudiante de institución Jesuíta debo decir que el costo de perdonar a mi hermano por sus grandes errores es un costo que por alto que sea, estoy feliz de pagar. No podemos caer en la miopía de mirar solo a corto plazo, en exigir un precio barato por algo que tanto valoramos. No podemos dejar pasar tan grande oportunidad por creer que la paz tendrá unos costos. Si pensáramos en inversión extranjera, en reducción de capital humano perdido, en turismo, en una buena imagen, una mejor moral de los ciudadanos y un país más seguro, éstos costos en contraste empezarían a dejar ver su realidad, que son costos manejables.
Miren por la ventana Colombianos, recuerden este día. Pues hoy sin saberlo, como el 1 de Diciembre de 1955, puede ser un día para la historia. Empiezo a contribuir a la paz con la parte que yo puedo hacer, informarme de primera mano con el documento oficial* y expresar respetuosamente mi opinión al igual que aligerar la carga y los costos de la paz siendo un colombiano más que se une al perdón, a la paz. Yo por mi parte firmo, mi hermano guerrillero, que si juntos construiremos un país mejor, un país en paz; yo personalmente lo perdono.
*Para más información sobre el caso de Rosa Parks, los invito a leer el libro "The Power of Habit", por Charles Duhigg, un clásico que no puede faltar en ninguna biblioteca.
*El documento oficial me tomó aproximadamente unas 20 horas de lectura para terminarlo. Recomiendo muchísimo leerlo, escuchar la narración en audio o leer los resúmenes. Para acceder al documento oficial ingrese a https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/24_08_2016acuerdofinalfinalfinal-1472094587.pdf
*Imagen tomada de https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2012/9/13/312554_16463_1.jpg
Martin Jaramillo
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