Al Plebiscito: Sí

PLEBISCITO : lat. Plebiscitum. “Ley establecida por la plebe de roma reunida por tribus. Resolución tomada por todos los habitantes de un país a pluralidad de votos . Consulta al voto popular directo”. PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO.

Nuestra Constitución, consigna en el art. 103 : “son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular,  el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato.”

Si el voto, es un derecho que nos legitima como ciudadanos en ejerció, ¿Por qué no ejercerlo como una decisión de participación democrática?

La abstención, resulta ser otro cáncer que coadyuva a la corrupción y que como patología social, también resulta perniciosa y aberrante para la democracia.

Desde luego que la apatía para la participación en las contiendas de elección, tiene su explicación en argumentos muy comprensibles, entre ellos : la ignorancia política, el modelo económico- político corrupto y la clase política empotrada en el poder como algo que les ha pertenecido a ellos y sólo a ellos, sin darles la oportunidad a muchos y muchos líderes  populares que podrían hacerlo mejor.

Siempre nos hemos quejado tradicionalmente de los malos gobiernos, de la exclusión, de la falta de justicia social, de la falta de oportunidades, del monopolio del poder, de la inequidad, del abuso del poder, de la pobreza de nuestro campo y en general de todos los males que se derivan de una democracia enferma como la nuestra, pero cuando tenemos la oportunidad de demostrar nuestro inconformismo, no participamos o reelegimos indefinidamente a los mismos dejándonos  comprar por algún supuesto estímulo que nace de las necesidades insatisfechas.

Estamos súper extrañados los ciudadanos comunes y corrientes, que apenas alcanzamos a pensar el país en forma muy elemental, porque no somos politólogos, ni analistas reconocidos, ni intelectuales consumados, que hayan sido las FARC-EP, las encargadas de poner una agenda social sobre la mesa de negociaciones y no la clase política, quienes por iniciativa  propia deberían haber concluido que este país necesita un timonazo político urgente e inaplazable. Vale decir, un redireccionamiento que favorezca a todos los más desprotegidos, con una impronta social para negociar un acuerdo que de seguro traerá consecuencias muy benéficas, si es que la ética, la razón y la conciencia no se esconden y acompañen lo que de buena fe se ha firmado.

Si se analizan los pros y los contras del acuerdo, concluimos que el texto es farragoso y causa tedio leerlo, porque no es una obra literaria, pero es un compromiso que ojalà  no se vaya por el camino de las intenciones fallidas, porque al pueblo no se le puede engañar más. Colombia, no es Canaán, pero sí  podemos acercarnos  a ese espacio ideal con el compromiso de todos a la construcción de una sociedad, sino menos desigual, por lo menos más justa.     

Lo que sí es cierto, es que ante la realidad política y la oportunidad que se nos presenta, debemos concurrir masivamente el próximo 2 de octubre a votar el SI, como algo que debe registrar la historia para la posteridad. Si las partes que suscribieron el acuerdo, no cumplen, significa que fueron inferiores a los  compromisos con el pueblo y que tendremos que hacer uso consciente de las armas democráticas eligiendo a quienes sí tienen principios éticos. Votar SI, es creer en una nueva Colombia, votar SI, es darles la oportunidad de sentirnos hermanos incluyendo a otros, para que hagan el bien y no el mal. votar Sí, es poner a prueba a la clase política y dirigente para que de una vez se reivindique con el pueblo colombiano, votar SI, es tener fe que esto tiene que cambiar.

y, si no quedarán una vez más como farsantes incluyendo a las FARC,

Su  incumplimiento, equivale a  ratificar que nuestra dirigencia ha sido y seguirá siendo   

inepta y deshonesta. Si no cumplen, quedarán muy mal ante los organismos internacionales, ante los colombianos y serán reos ante la historia para que sean juzgados y sentenciados como charlatanes y desleales.  

Por todo lo dicho, el voto al plebiscito deberá ser SÍ

Con el SÍ, al plebiscito,

el acuerdo refrendamos

es un SÍ, muy exquisito

y el domingo, lo votamos.