Andrés Rodelo
Me #$@&%*! en los fans y disculparán empezar este escrito de manera tan vehemente, pero es que ya me colmaron la paciencia. Sí, les hablo a ustedes, los que se rasgaron las vestiduras porque Iron Man 3 hizo del personaje de El Mandarín un bufón, los que criticaron la elección de Scarlett Johansson como protagonista de Ghost in the Shell, peregrinamente, por no ser asiática, y los que se alteraron por la misma razón como perros rabiosos porque Tilda Swinton interpretará al personaje de El Anciano en Doctor Strange, la película que Marvel estrenará en noviembre.
Ustedes, que despotricaron que el Capitán América jurara lealtad a Hydra en un cómic reciente o que, para no ir muy lejos, contaminaron internet con su odio después de que se anunció que la actriz de ascendencia africana Zendaya será Mary Jane en Spider-Man: Homecoming, que verá la luz en el 2017, denunciando, irracionalmente, un ultraje que se ponga en los zapatos de la pelirroja y encantadora novia del arácnido, solo porque, físicamente, no se parecen en nada.
¿Por qué ese maldito apego a la esencias?, ¿por qué ese conservadurismo tan obstinado?, ¿por qué ese interés monomaniaco de que el cine les presente las cosas tal y como figuran en los cómics? No entiendo el fin de todo ello. Mientras para ustedes la experiencia pasa por una transcripción literal de la fuente original y un respeto innegociable de sus componentes, yo encuentro placer en las dislocaciones y licencias que se toma la cinta ¿Para qué es una adaptación al cine, si no es para eso?, ¿ah? Por Dios, si es que la película debe aportar y no ser, sencillamente, una representación al pie de la letra del material en el que se basa. ¿Cuál sería la gracia si es así? Ese es el verdadero valor de la adaptación.
Sí, la película es una extensión de la fuente original, en eso estamos de acuerdo, pero su viaje al cine, su materialización en película debe estar justificada y es allí donde un buen director manipula la materia de la que dispone para plantear algo nuevo, que le dé sentido a ese paso entre lenguajes. Y no digo que esta transfiguración haga que una adaptación, por defecto, sea buena. Allí entran otras cuestiones: capacidad de narración y caracterización de personajes, fundamentalmente, pero sí estoy convencido de que una película debe desmarcarse de su inspiración, violarla, transformarla, desplazarla a otros terrenos, arrojarla hacia arriba, dejarla caer y estampillarla para lograr algo distinto.
“Ay, no me gustó Harry Potter y el Prisionero de Azkabán. Eso no aparece en el libro”, ¡pues qué importa si es fiel o no!, deberías fijarte en si es buena o mala. La lógica de este criterio es que la adaptación fiel será siempre excelente, incluso cuando cinematográficamente sea un desastre, y que la infiel será mala solo por profanar su inspiración, así derroche calidad. ¿En qué diablos estamos pensando? Y claro que hay buenas adaptaciones fieles, pero lo son en la medida en que proponen conceptual y estéticamente, aun conservando la esencia del relato, pero ¡siempre proponiendo!
No he terminado con ustedes: los que consideran que una buena película se mide por la cantidad de easter eggs que contenga (de verdad, esto es intolerable), ¿te gustó mucho la referencia a Flashpoint en Batman v Superman?, ¿saliste encantado porque aparece un traje de Robin unos segundos y tú supiste reconocerlo? Esta vara de medir me asquea. Que no les extrañe que los críticos y los fanáticos no coincidan en absoluto, o quizás sí, como coinciden dos trenes al chocarse.
Los críticos se fijan en los valores de producción, en los aspectos que constituyen el cine, en lo verdaderamente importante al diseccionarlo, algo de lo que ustedes deberían aprender. Es por ello que estos argumentos son más sensatos, en medio de todas las diferencias y desacuerdos que puedan generar, y que yo no comparto muchas veces, pero a sabiendas de que, en el fondo, algunos hacen un diagnóstico juicioso, interesante y pormenorizado.
Ustedes tienen un acercamiento en extremo superficial. Son los mismos que alabaron el bodrio insoportable de Watchmen solo por ser estéticamente fiel al cómic, pero, ¿se fijaron en el desastre interno de esa película? Dirigida por el lamentable Zack Snyder, nada coincidencial. Señoras y señores, ¡a ver si cambiamos un poco!
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