DIEGO FERNANDO HIDALGO
LA PATRIA | MANIZALES
Las personas de avanzada edad sufren en mayor medida la disminución de sus habilidades para conducir. Lo que pasa es que los conductores mayores de 65 años tienen casi el triple de posibilidades de morir en un accidente de tránsito, comparados con el resto de los conductores, según estudios.
A los 55 años se comienzan a apreciar los signos significativos de envejecimiento, que se acentúan al alcanzar los 70. Esta época es considerada de alto riesgo dentro la seguridad vial, debido a los comportamientos que presentan conductor y peatón.
Fuera de eso, si existen lesiones, serían más graves y el período de recuperación más largo que el de una persona joven.
LA PATRIA consultó con el Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Colombia, entidad encargada de estudiar estos temas.
Conducir involucra percibir una gran cantidad de información de una manera rápida y segura. En promedio, el conductor puede tomar alrededor de 15 decisiones por kilómetro, cada una, en una fracción de segundo. Según lo anterior, la edad afecta tres aspectos de este proceso: la percepción, la decisión y la acción.
1. Percepción: al menos el 80% de la información necesaria para conducir la recibimos a través de los ojos, pero la visión se afecta progresivamente con la edad. Se estima que entre los 40 a 50 años comienza esta afección.
Otro síntoma es perder la habilidad para distinguir claramente los objetos que se encuentran en la vía, como las señales de tránsito, semaforización y aquellos elementos que necesitan de nuestra atención.
También, requerir más luz y más tiempo para ajustarse a las condiciones cambiantes de luminosidad, debido a que el ojo es más sensible al compararlo con un joven de 16 años.
Un ejemplo de ello es que a una persona de 55 años le lleva ocho veces más tiempo recuperarse del encandilamiento, por lo cual, en la conducción nocturna, no se puede percibir con certeza un elemento en la vía.
2. Decisión: una vez percibida la información por medio de los sentidos, se debe procesar y tomar una decisión con el fin de evitar cualquier acto inseguro. Basado en lo anterior y llevado a la realidad, un conductor de edad avanzada procesa la información y reacciona en el doble de tiempo que una persona joven.
3. Acción: todo conductor, de acuerdo con su experiencia, posee ciertas habilidades y capacidades para tomar decisiones, pero cuando existe descoordinación de movimientos, la rapidez con que realiza su acción es más lenta y puede llegar a influir en su motricidad.
Esto se agudiza en conductores de avanzada edad, debido a que los músculos se tornan débiles y se restringe su habilidad para girar el volante, apretar los frenos, entre otras operaciones durante el manejo, haciendo de él un conductor potencialmente peligroso en la vía.
Es así como el sueño, la fatiga y el cansancio son más evidentes en cualquier conductor de avanzada edad, sumado a que no tiene la resistencia necesaria para soportar el estrés del tráfico.
Causada por enfermedades como el alzheimer o la demencia senil. Estudios demuestran que por lo menos la mitad de los enfermos con demencia senil ha tenido un accidente de tránsito.
Comienza a deteriorarse a través de los años, porque la cantidad de luz necesaria para conducir se duplica cada 13 años, aproximadamente. Un conductor de 45 años requiere cuatro veces más luz que un conductor joven y otro de 60 años necesita aproximadamente 10 veces más.
Especialmente el rojo. A algunos conductores de edad avanzada les lleva el doble de tiempo reconocer si las luces de frenos están accionadas, debido a que el ojo pierde la percepción de este color, generando un mayor riesgo.
Ser mayor de 65 años lleva un grave riesgo de accidente de tránsito, debido a que el peatón de edad avanzada tiende a no acatar las señales de tránsito, como no utilizar los puentes peatonales, circular por zonas no autorizadas, según las autoridades.
Es recomendable que entiendan que el correcto uso de la vía genera acciones positivas para él y quienes lo rodean. La mitad de los ancianos muertos en accidentes de tránsito son peatones y las causas son una menor capacidad de reacción, disminución de sus facultades mentales, desconocimiento de las normas y deficiente educación vial.
Los conductores que estén en el rango de edad entre 60 y 80 años deben renovar la licencia para particulares cada cinco 5 años y para públicos, cada año.
Los conductores de servicio particular, mayores de 80 años, cada año.
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